¿Debemos celebrar la Navidad?

¿Debemos celebrar la Navidad? ¿Podemos colocar árboles de Navidad? ¿Podemos dar regalos de Navidad y Año Nuevo?

Por un lado están los adventistas que denuncian la Navidad como una fiesta pagana disfrazada de cristianismo, y se basan en el solsticio de invierno del hemisferio Norte cuando se celebra el “nacimiento del dios sol” empezando el 21 de Diciembre. Una celebración pagana que se remonta al tiempo de Babel, con Nimrod y posteriormente con Semiramis y su hijo Tammuz. En el hemisferio sur el solsticio de invierno ocurre, en cambio, en el mes de Junio y aun se celebra como el Inti Raymi: “el nacimiento del dios sol.”

Por otro lado está el grupo que defiende la decisión de la Organización Adventista de celebrar la Navidad. Este grupo alude al hecho de que los cristianos antiguos del África del Norte (“Donatistas”) celebraban ya por ese tiempo el nacimiento de Cristo el 25 de Diciembre.

Cuando surge este debate entre los adventistas que dicen que la Navidad es pagana, y los adventistas que dicen que es una celebración cristiana, entonces salen aquellos adventistas que ni creen en el Espíritu de Profecía, pero en Diciembre sí creen y por ello desempolvan el libro El Hogar Cristiano y abren el capítulo 77 titulado: “La Navidad.” Este capítulo se vuelve el fundamento y la roca en la cual plantan su arbolito de Nimrod.

No es el objeto de este estudio demostrar que la Navidad es una celebración pagana, pues eso es más que claro.

El objeto de este estudio es demostrar que el capítulo “La Navidad” del Hogar Cristiano ha sido armado de una manera desleal y engañosa por los editores y fideicomisos para que la organización pueda imponer la celebración de la Navidad en los hogares y sinagogas adventistas.

La Tergiversación

El capítulo “La Navidad” empieza así:

HC pg. 434.1 – “La fiesta de la Navidad—‘Ya llega la Navidad,’ es la nota que resuena por el mundo, del este al oeste y del norte al sur. Para los jóvenes, para los de edad madura y aun para los ancianos, es una ocasión de regocijo general. Pero, ¿qué es la Navidad para que requiera tanta atención?…”

Como podemos apreciar, el párrafo termina con una pregunta de la hermana White y los editores decidieron poner “…” puntos suspensivos a la respuesta que ella da. Entonces ellos colocan el siguiente párrafo, a modo de respuesta a aquella pregunta:

HC pg. 434.2 – “Se dice que el 25 de Diciembre es el día en que nació Jesucristo, y la observancia de ese día se ha hecho costumbre popular.”

Estos párrafos fueron sacados de la carta titulada “La Navidad viene” del 9 de Diciembre de 1884 publicada en el Review and Herald. Lamentablemente esta carta no está disponible en el idioma español, sino que está en su idioma original—el inglés. En este estudio vamos a traducir esta carta y al final de este estudio vamos a publicar su versión original en inglés para aquellas personas que prefieran traducirlas por su propia cuenta o usando un traductor de internet.

El párrafo original dice así:

RH, Diciembre 9, 1884 Par. 1 – “‘Ya llega la Navidad,’ es la nota que resuena por el mundo, del este al oeste y del norte al sur. Para los jóvenes, para los de edad madura y aun para los ancianos, es una ocasión de regocijo general. Pero, ¿qué es la Navidad para que requiera tanta atención? A este día se le ha prestado demasiada atención por siglos. Es aceptado por el mundo incrédulo, y por el mundo cristiano en general, como el día en que nació Cristo. Cuando el mundo en general celebra ese día, no muestra ningún honor a Cristo. Se niegan a reconocerlo como su Salvador, y a darle honra con la obediencia voluntaria a su servicio. Muestran preferencia por el día, pero ninguna preferencia a Aquel por quién el día se celebra—Jesucristo.”

La Biblia claramente dice: “Creed a los profetas y seréis prosperados.” Pero, por lo visto hay gente que cree que dice: “Editad a los profetas y seréis prosperados.”

La sierva del Señor dice claramente que no honramos a Cristo celebrando ese día, pero lo honramos reconociéndolo como nuestro Salvador y por medio de nuestra obediencia voluntaria que ponemos a Su servicio. Nótese el énfasis en obediencia voluntaria vs una obediencia falsa, una obediencia mecánica y/o forzada: una santificación espuria.

Pero sigamos con los siguientes párrafos del capítulo La Navidad para estudiar qué más quitaron los fideicomisos de la carta:

HC pg. 434.2 – “Se dice que el 25 de Diciembre es el día en que nació Jesucristo, y la observancia de ese día se ha hecho costumbre popular. Sin embargo, no hay seguridad de que estemos guardando el día preciso en que nació nuestro Salvador. La historia no nos da pruebas ciertas de ello. La Biblia no señala la fecha exacta. Si el Señor hubiese considerado tal conocimiento como esencial para nuestra salvación, habría hablado de ello por sus profetas y apóstoles, a fin de dejarnos enterados de todo el asunto. Por lo tanto, el silencio de las Escrituras al respecto nos parece evidencia de que nos fue ocultado con el más sabio de los propósitos.”

Este párrafo no ha sido editado, pero tengamos en cuenta que la hermana White formula el siguiente planteamiento: “el silencio de las Escrituras al respecto (a la fecha en que nació Cristo) nos parece evidencia de que nos fue ocultado con el más sabio de los propósitos.” Es decir, ella formula que Dios mismo ocultó la fecha en que nació Cristo con un propósito. Sigamos leyendo para ver si más adelante ella nos indica cuál fue ese propósito:

HC pg. 434.3 – “En su sabiduría, el Señor no reveló el lugar donde había sepultado a Moisés. Le enterró, luego le resucitó y lo llevó al cielo. Obró así en secreto para evitar la idolatría. Aquel contra quién se habían rebelado [los israelitas] mientras estaba en servicio activo, aquel a quien provocaron casi más allá de lo que podía soportar un ser humano, fue casi adorado como Dios después que la muerte lo separó de ellos. Por el mismo motivo Dios ocultó el día preciso en que nació Cristo, a fin de que ese día no recibiese el honor que debía darse a Cristo como Redentor del mundo y el único que debía ser recibido y en quien se debía confiar por ser el único capaz de salvar hasta lo sumo a todos los que se allegan a él. La adoración del alma debe tributarse a Jesús como el Hijo de Dios infinito.”

Cuando a los hermanos se les advierte que celebrar la Navidad es participar de la idolatría, muchos se alteran y dicen: “¿Cómo van a decir que recordar el nacimiento de Cristo es idolatría?” Sin embargo, no entienden que recordar el nacimiento de Cristo no es en sí idolatría. Idolatría es celebrar y participar de un día pagano, de una celebración pagana, así esté camuflada de cristianismo. La misma hermana White escribió que Dios mismo ocultó la fecha en que Cristo nació para que el día no recibiese ningún honor y para evitar así la idolatría del día. Y ella no menciona que es idolatría porque las celebraciones en esa fecha son originalmente paganas, a ella le basta el hecho de darle honor a un día cualquiera para llamarlo: IDOLATRÍA.

El domingo es un día cualquiera, que hoy en día se acepta por el mundo cristiano en general como el día de la semana en que resucitó Cristo y “supuestamente” se lo guarda en honor a Cristo. Sin embargo, Dios no manda al hombre a santificar el domingo, ni el 25 de Diciembre; Dios nos manda a santificar el séptimo día de la semana (Éxodo 20:8-11), comúnmente llamado sábado. Recordar la resurrección de Cristo no es pecado. Pero santificar un día común y corriente bajo el camuflaje de “en honor a la resurrección de Cristo” sí es pecado. Este es un asunto que está claro para los adventistas, entonces: ¿Cómo es que celebran la Navidad? ¿Cómo pueden ir donde un hermano cristiano y decirle que guardan el sábado porque es bíblico, mientras el domingo no es bíblico, si celebran una fiesta que no es bíblica?

Pero ahora veamos lo que los fideicomisos omitieron de la carta de Ellen G. White. Esto sigue a continuación de los párrafos anteriores que sí se encuentran en el libro Hogar Cristiano:

RH, Diciembre 9, 1884 Par. 3 – “No hay santidad divina que descanse sobre el veinticinco de Diciembre, y no es agradable a Dios que cualquier cosa que se refiere a la salvación del hombre a través del infinito sacrificio hecho por ellos, sea tan tristemente pervertido de su profesado diseño.”

Los siguientes párrafos de la carta fueron colocados en parte (no completos) en secciones posteriores:

“Cristo debe ser el objeto supremo; pero, de la manera como se ha observado la Navidad, la gloria se apartó de Él hacia el hombre mortal, cuyo carácter pecador y defectuoso hizo necesario que Él venga a nuestro mundo. Jesús, la Majestad de los cielos, el Rey real del cielo, puso a un lado su realeza, dejó su trono de gloria, su alto mando, y vino a nuestro mundo para traer el hombre caído, débil en poder moral, y corrompido por el pecado, ayuda divina.

El revistió su divinidad con humanidad, para poder llegar a lo más profundo del dolor y la miseria humana, y levantar al hombre caído. Al tomar sobre sí la naturaleza humana, Él levantó a la humanidad en la escala de valor moral con Dios. Estos grandes temas son casi demasiado altos, demasiado profundos, demasiado infinitos, para la comprensión de las mentes finitas.”

RH, Diciembre 9, 1884 Par. 4 – “Los padres deben mantener estas cosas delante de sus hijos, y deben instruirlos, línea sobre línea, precepto por precepto, sobre su obligación para con Dios—y no sobre su obligación de uno para con el otro, de honrar y glorificar unos a otros con regalos y ofrendas. Mas bien se les debe enseñar que Jesús es el Redentor del mundo, el objeto del pensamiento, del arduo esfuerzo; que Su trabajo es el gran tema que debe involucrar su atención; que ellos deben traerle a Él sus regalos y sus ofrendas. Así hicieron los reyes magos y los pastores.”

El capítulo “La Navidad” del Hogar Cristiano también incluye fragmentos de otra carta de Ellen G. White: “Las Fiestas de fin de año” publicada el 11 de Diciembre de 1879. Esta publicación también está traducida del original en inglés. Veamos secciones que hablan de la Navidad y que los fideicomisos omitieron de dicha carta:

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 1 – “Nos acercamos rápidamente a la temporada de las fiestas de fin de año, y muchas personas de conciencia están cuestionando que curso deben seguir que pueda ser agradable a la vista de Dios. Por el mundo, las fiestas de fin de año, se gastan en frivolidad y extravagancia, gula y alarde.”

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 2 – “Miles de dólares serán peor que tirados con la llegada de la Navidad y el Año Nuevo en indulgencias innecesarias. Pero es nuestro privilegio el apartarnos de las costumbres y prácticas de esta era degenerada; y en lugar de gastar medios nada más que para la satisfacción del apetito o para adornos o prendas de vestir innecesarias, podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión para honrar y glorificar a Dios.”

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 4 – “Busquemos representar fielmente a Cristo en los próximos días festivos imitando su ejemplo de cómo él pasaba haciendo el bien. Es imposible disfrutar de la aprobación de Dios mientras se vive para el yo. Como cristianos que profesan una fe viva en la próxima venida del Hijo del hombre, guardando todos los mandamientos de Dios, hagamos esfuerzos serios para acercarnos a Dios a través de Jesucristo, y hagamos un pacto con él por sacrificio. En nuestros principios de acción debemos elevarnos por encima de las costumbres y modas del mundo. Cristo vino a nuestro mundo para elevar las mentes de los hombres al nivel divino, y para ponerlos en simpatía con la mente de Dios.”

El pretexto de “ganar almas”

Los fideicomisos omitieron estratégicamente estos párrafos y/o secciones en los que la sierva del Señor amonesta claramente que el 25 de Diciembre no tienen ninguna santidad divina y que más bien ha sido pervertido, se ha convertido en idolatría y que deberíamos apartarnos de las costumbres, prácticas y modas del mundo. Ellos prefirieron incluir los párrafos que parecen sugerir que la hermana White aprobaba la celebración de la Navidad con toda su pompa:

HC pg. 435.1 – “En vista de que el 25 de diciembre se observa para conmemorar el nacimiento de Cristo, y en vista de que por el precepto y por el ejemplo se ha enseñado a los niños que es en verdad un día de alegría y regocijo, os resultará difícil pasar por alto esa fecha sin dedicarle cierta atención. Es posible valerse de ella con un buen propósito.”

Este último párrafo es usado bastante en la Navidad. Los hermanos dicen: “en la Navidad podemos ganar almas para Cristo.” Pero con esa misma mentalidad podríamos guardar el domingo para “ganar almas a Cristo.”

Dios no nos manda a “ganar almas,” es decir: no nos manda a aumentar un número de personas; Dios nos manda a predicar el Evangelio para la conversión de las personas, así sean una, dos, cien, mil o diez mil.

A Dios no le interesa el número de personas. A Dios lo que le interesa es que haya gente que le honre con una “obediencia voluntaria,” tal como lo leímos anteriormente. Además a Dios le importa la calidad, no la cantidad:

CM pg. 91.2 – “Si rebajáis la norma para obtener popularidad y aumentar el número de alumnos, y luego os regocijáis por este aumento, manifestáis grande ceguera. Si el número fuese evidencia de éxito, Satanás tendría derecho a la preeminencia; porque en este mundo, sus seguidores son por mucho la mayoría. El grado de fuerza moral que prevalece en el colegio es la prueba de su prosperidad. Es la virtud, inteligencia y piedad de los hermanos que componen nuestras iglesias, no su número, lo que ha de constituir una fuente de gozo y agradecimiento.”

PP pg. 533.3-4 – “Aquellos que tomaron el agua en la mano no fueron sino trescientos entre diez mil; no obstante, fueron elegidos, y al resto se le permitió volver a sus hogares… Escogió a los hombres que no permitieron que sus propias necesidades les hicieran demorar el cumplimiento del deber. No solo poseían valor y dominio de sí mismos los trescientos hombres elegidos, sino que eran también hombres de fe. No los había contaminado la idolatría. Dios podía dirigirlos, y por su medio librar a Israel. El éxito no depende del número. Tanto puede Dios libertar por medio de pocos como de muchos. No le honra tanto el gran número como el carácter de quienes le sirven.”

CMC pg. 52.1 – “Dios pide obreros. Se necesita actividad personal. Pero la conversión viene en primer lugar; y después de ella, la búsqueda de la salvación de los demás.”

COES pg. 101.1- “Aquellos que tratan de dirigir a otros, que pretenden estar guiando a las almas al camino de santidad, al mismo tiempo que en su propia vida se manifiestan el amor a los placeres, el orgullo y el amor a la ostentación, son siervos infieles. Su vida no está en armonía con lo que profesan ser; su influencia es una ofensa para Dios. Necesitan una conversión cabal. Su corazón está tan lleno de desechos que carece de lugar para la verdad elevada y ennoblecedora. El templo del alma necesita ser refinado, purificado y limpiado; porque Satanás, y no Dios, habita en el corazón.”

COES pg. 174.1 – “Lo que más hace falta en la escuela sabática no es maquinaria, sino conocimiento de las cosas espirituales. ¡Cuán grandemente necesitan los obreros un bautismo del Espíritu Santo, para llegar a ser verdaderos misionerospara Dios! Deberían aprender a esforzar cuanto fuese posible sus mentes, a fin de adquirir un conocimiento mejor de las verdades de la Biblia.”

CPI pg. 121.2 – “Hermanos y hermanas que habéis aseverado durante largo tiempo creer la verdad, os pregunto individualmente: ¿Han estado vuestras prácticas en armonía con la luz, los privilegios y las oportunidades que os concedió el cielo? Esta es una pregunta grave.”

A quienes aceptan los escritos de EGW acerca de la Navidad en el Hogar Cristiano, pero no sus amonestaciones en todos sus libros, ella les dice claramente:

CPI pg. 420.3 – “Algunos profesos cristianos aceptan ciertas porciones de los Testimonios como un mensaje de Dios, pero rechazan las que condenan sus costumbres favoritas. Tales personas trabajan para su mengua y la de la iglesia.”

No debemos olvidar que la iglesia primitiva se corrompió cuando, con la excusa de “ganar almas para Cristo,” dejaron a un lado la Palabra de Dios y se adhirieron con los idólatras:

CS pg. 40.3 – “Habiendo hecho algunas concesiones, propusieron que los cristianos hicieran las suyas para que todos pudiesen unirse en el terreno común de la fe en Cristo. La iglesia se vio entonces en gravísimo peligro, y en comparación con él, la cárcel, las torturas, el fuego y la espada, eran bendiciones.

Algunos cristianos permanecieron firmes, declarando que no podían transigir. Otros se declararon dispuestos a ceder o a modificar en algunos puntos su confesión de fe y a unirse con los que habían aceptado parte del cristianismo, insistiendo en que ello podría llevarlos a una conversión completa. Fue un tiempo de profunda angustia para los verdaderos discípulos de Cristo.

Bajo el manto de un cristianismo falso, Satanás se introducía en la iglesia para corromper la fe de los creyentes y apartarlos de la Palabra de verdad.

La mayoría de los cristianos consintieron al fin en arriar su bandera, y se realizó la unión del cristianismo con el paganismo.”

CS pg. 43.2 – “No hay duda de que los cristianos primitivos fueron un pueblo peculiar. Su conducta intachable y su fe inquebrantable constituían un reproche continuo que turbaba la paz del pecador. Aunque pocos en número, escasos de bienes, sin posición ni títulos honoríficos, aterrorizaban a los obradores de maldad por doquiera que fueran conocidos por su carácter y sus doctrinas.

Desde el tiempo de Cristo hasta hoy, sus verdaderos discípulos han despertado el odio y la oposición de los que siguen con deleite los senderos del mal.”

CS pg. 45.2 – “Otro asunto hay de más importancia aún, que debería llamar la atención de las iglesias en el día de hoy. El apóstol Pablo declara que ‘todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán persecución’ (2 Timoteo 3:12). ¿Por qué, entonces, parece adormecida la persecución en nuestros días?

El único motivo es que la iglesia se ha conformado a las reglas del mundo y por lo tanto no despierta oposición.”

El mundo celebra la Navidad, por lo tanto la iglesia Adventista quiere celebrar la Navidad. En lugar de que la iglesia convierta el mundo, el mundo convierte a la iglesia. Debería darnos vergüenza.

El intercambio de regalos

Como ya leímos, los fideicomisos movieron el párrafo en donde la sierva del Señor escribe que los padres deberían enseñar a sus hijos que su obligación es con Dios y no con sus semejantes para darse regalos y ofrendas, y colocaron en preferencia el párrafo donde ella escribe:

HC pg. 435.4 – “Por insignificantes que sean los regalos, es agradable recibirlos de aquellos a quienes amamos…

Está bien que no otorguemos unos a otros pruebas de cariño y aprecio con tal que no olvidemos a Dios, nuestro mejor Amigo. Debemos hacer regalos que sean de verdadero beneficio para quienes los reciban.”

Pero veamos qué párrafos han sido omitidos de las cartas de la hermana White, acerca del intercambio de regalos…

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 1 – “… En este tiempo la costumbre prevaleciente es de hacer y recibir regalos. Y no es poca carga sobre la mente el saber cómo distribuir estos regalos entre amigos para que nadie se sienta menospreciado. Es un hecho que mucha envidia y celos son creados muy a menudo por esta costumbre de dar regalos.”

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 6 – “El día de la Navidad, recordatorio precioso del sacrificio hecho a favor del hombre, no debe ser dedicado a la gula y a la auto indulgencia, exaltando así a la criatura por encima del Creador. Nosotros que somos partícipes de este gran espectáculo de salvación, mostremos que tenemos cierta apreciación por el regalo (Dios dio a Cristo para la salvación del hombre), rindiendo a Dios nuestras ofrendas de agradecimiento. Si consintiéramos menos en comilonas y júbilo por estas ocasiones, y mas bien las convirtiéramos en medios para beneficiar a la humanidad, conoceríamos mejor la mente de Dios. Es un placer y una gratificación intercambiar regalos con nuestros amigos; ¿pero no hay acaso mas nobles y gloriosos objetos para los cuales podamos dar nuestros medios, y así hacer el bien al arrojar luz sobre la senda de otros?”

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 13 – “Nuestras fiestas de fin de año se han pervertido de su uso previsto. Los regalos son despilfarrados uno sobre otro, y la alabanza que debería ser entregada a Dios, a quien le pertenecen todas las cosas, es otorgada a los pobres mortales.”

En el capítulo de la Navidad en el Hogar Cristiano, se usa los párrafos en que la sierva del Señor habla acerca de regalar libros a los niños como si ella estuviese hablando de la necesidad de regalar libros a los niños y jóvenes en Navidad; como una sugerencia de regalos de Navidad. Sin embargo ella claramente amonesta el intercambio de regalos y la razón por la cual ella escribió que se debía regalar libros cristianos a los niños es la siguiente (el contexto):

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 9 – “Se deben hacer esfuerzos especiales para excluir de nuestros hogares esa clase de literatura que no puede tener una influencia beneficiosa sobre nuestros hijos. Muchas veces me ha dolido encontrar en las mesas o en las bibliotecas de los guardadores del Sábado, artículos y libros llenos de romance, que sus hijos hojeaban ansiosamente.”

La hermana White estaba amonestando a los hermanos de su época que ellos estaban permitiendo que sus hijos leyeran historietas cómicas e historias de romance que se publicaban en los periódicos de la época. Piensen el equivalente de nuestros días: video juegos, películas, comic books, que ella en ese tiempo veía en “historias de ficción” e “historias de romance.” Y piensen el equivalente de “mesas” y “bibliotecas” con el equivalente de nuestros días: tablets, celulares, DVDs, televisores, etc.

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 8 – “Los niños necesitan la lectura correcta, que solventará la diversión y recreación, sin desmoralizar la mente ni cansar el cuerpo. Si se les enseña a amar el romance y las tiras cómicas, libros instructivos y los artículos serán desagradables para ellos. La mayoría de niños y jóvenes tendrán material de lectura; y si no les es seleccionado para ellos, ellos lo van a seleccionar por sí mismos. Ellos pueden encontrar una calidad ruinosa de lectura en cualquier lugar, y ellos aprenden rápido a amarla; pero si la lectura pura y buena les es suministrada, ellos cultivarán el gusto por ella.”

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 11 – “Los padres deben cuidar a sus hijos, y enseñarles a cultivar una imaginación pura y a rehuir, como a un leproso, las historietas locas de amor que se presentan en los periódicos. Que las publicaciones sobre temas morales y religiosos puedan encontrarse en sus mesas y bibliotecas, para que vuestros hijos puedan cultivar un gusto por la lectura elevada.”

Como podemos ver, la sugerencia de la hermana White acerca de los libros, no aplica solamente a la época navideña. Ella estaba escribiendo acerca de un tema más profundo que es la lectura y educación de nuestros niños.

El Árbol de Navidad

Para finalizar, debemos analizar el contexto del párrafo más célebre de la Navidad en el Hogar Cristiano:

“¿Tendremos árbol de Navidad?”—Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto. [*]Nota: En el articulo se aludía a ciertos proyectos de construcción entonces en ejecución. Las referencias se insertan aquí porque los principios presentados tienen aplicación para el día de hoy. Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que éste estriba en el motivo que hace obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol. – {HC 438.2}

El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración. [9]The Review and Herald, 11 de diciembre de 1879. – {HC 438.3}

Pues bien, en el párrafo al menos tuvieron la decencia de agregar una Nota en la cual los fideicomisos escribieron que la hermana White estaba aludiendo a “ciertos proyectos de construcción entonces en ejecución.” Pero luego los fideicomisos escriben: “Las referencias se insertan aquí porque los principios presentados tienen aplicación para el día de hoy.”

Entonces vamos a leer el contexto de este párrafo, y vamos a ver si verdaderamente los editores han presentado el mismo principio y la misma aplicación con los cuales la sierva del Señor escribió esta carta.

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 14 – “Nuestras casas de culto en Oakland y Battle Creek están bajo presión de deudas financieras. El Tabernáculo Dime nos pertenece a todos; todos debiéramos tener un interés especial en él. Para poder alojar a todos los estudiantes del Collage, a los pacientes del Sanatorio, a los trabajadores de la Oficina, y al gran número de fieles que vienen constantemente del extranjero, la construcción de esta espaciosa casa de culto era una necesidad positiva. Grandes responsabilidades descansan sobre los que están en Battle Creek, y también sobre aquellos a quienes se les debe alcanzar sus brazos para sustentar estos intereses en el gran corazón de la obra. En ninguna otra parte del mundo existe un campo de batalla por la verdad y la reforma como este. Grandes intereses están involucrados aquí. La escuela Sabática y el College están educando a los jóvenes, y están determinando el futuro destino de las almas. Aquí hay una necesidad continua de idear formas y medios para el progreso de la verdad y la conversión de las almas. Nuestro pueblo no está ni medio despierto a las exigencias de la época. La voz de la Providencia hace un llamamiento a todos los que tienen el amor de Dios en sus corazones para que despierten a esta gran emergencia. Nunca hubo un momento en el que hubiese tanto en juego como ahora. Nunca hubo un período en el que se exigiera una mayor energía y abnegación del pueblo que guarda los mandamientos de Dios.”

La razón principal por la cual la hermana White escribió esta carta, fue que las casas de culto de Battle Creek y Oakland estaban con deudas financieras, y la hermana White estaba amonestando a los hermanos que, en lugar de ayudar con la deuda de esas casas de culto, los hermanos estaban despilfarrando el dinero en árboles de Navidad, adornos, y regalos para el intercambio de regalo navideño.

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 13 – “Los regalos son despilfarrados uno sobre otro, y la alabanza que debería ser entregada a Dios, a quien le pertenecen todas las cosas, es otorgada a los pobres mortales.”

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 6 – “Es un placer y una gratificación intercambiar regalos con nuestros amigos; ¿pero no hay acaso mas nobles y gloriosos objetos para los cuales podamos dar nuestros medios, y así hacer el bien al arrojar luz sobre la senda de otros?”

Es entonces, bajo ese contexto, que la hermana White escribe lo siguiente:

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 15 – “Nos acercamos al final de otro año, y no haremos de estos días festivos oportunidades para llevar a Dios nuestras ofrendas? No puedo decir sacrificios, pues solo estaríamos dando a Dios lo que ya es suyo, y que solo nos ha confiado a nosotros hasta que él lo demande. Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto. Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que el pecado está en el motivo que impulsa la acción, y en el uso que se hace de los regalos colocados en el árbol.”

Queridos hermanos y queridas hermanas en Cristo, la hermana White no estaba simplemente escribiendo acerca de “ciertos proyectos de construcción” como dicen los fideicomisos; ella estaba diciendo que dos casas de culto tenían deudas financieras y que a Dios le agradaría que los hermanos, en lugar de gastar dinero en regalos para sí mismos, aporten dinero para eliminar aquella deuda. Es por eso que ella escribe “para esas casas de culto.” Los fideicomisos usan este párrafo como dando a entender que ella dijo: agradaría a Dios que todas las iglesias adventistas tuvieran un árbol de navidad con regalos. Pero esto es una gran mentira, ella no dijo eso.

Hermanos, lean por ustedes mismos el contexto. Seguramente ella vio que en muchas casas de culto se habían colocado árboles de navidad con regalos para los hermanos. Entonces ella les amonesta y les dice que a Dios le agradaría que en lugar de poner regalos para los hermanos pusieran dinero para las casas de culto que estaban en quiebra. A la pregunta ¿Tendremos un árbol de Navidad?Ella responde claramente: “hagan como hace el mundo o apártense del mundo del todo,” en otras palabras: eso es problema de ustedes. ¿Pero dónde está el pecado? Ella escribe que colocar un árbol en la iglesia no es pecado, pero “el pecado está en el motivo que impulsa la acción, y en el uso que se hace de los regalos colocados en el árbol.”

Ahora, hacemos la pregunta:

¿Cuál es el motivo que impulsa la acción de colocar un árbol de Navidad, decorarlo con pompas y luces, y regalos, en nuestras casas de culto?

¿No es el motivo acaso seguir la moda del mundo? ¿O acaso se despilfarra el dinero en pompas, luces, estrellas, y demás decoraciones para Dios? Dejemos las respuestas a la conciencia de cada persona.

Vayamos al siguiente párrafo:

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 16 – “El árbol puede ser tan alto y sus ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados por la oración, y que la fruta de estos árboles consagrados sea aplicada hacia la eliminación de las deudas de nuestras casas de culto en Battle Creek, Michigan, y Oakland, California.”

Los fideicomisos omitieron la parte en que la hermana White claramente especifica que ella se estaba refiriendo específicamente a las casas de culto de Battle Creek y Oakland. ¿Quieren colocar árboles de Navidad? ¿Quieren poner regalos? Esta bien, dice la hermana White, con tal que esos regalos sean dinero que esté destinado a las deudas de las casas de culto en Michigan y California. Ese es el contexto.

A pesar de toda esta evidencia que hemos presentado, lo más probable es que los hermanos que disfrutan de la Navidad y del Año Nuevo se aferren a sus ídolos, pues los hombres somos “carnal, vendido a la sujeción del pecado” (Romanos 7:14), “de manera que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que mora en mí. Yo se que en mí, a saber, en mi carne, no mora el bien. Porque el querer el bien está en mi, pero no el hacerlo” (Romanos 7:17-18).

Y después de todo, el actual representante del cuerno pequeño ya amenazó que “esta podría ser nuestra última navidad.”

Así que concluiremos este estudio de la misma manera en que la sierva del Señor concluye dicha carta navideña:

RH, Diciembre 11, 1879 Par. 17 – “Al sabio una palabra le basta.”

 

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