Los símbolos de Apocalipsis 17

En el capítulo 17 del Apocalipsis se predice la destrucción de todas las iglesias que se corrompen mediante la devoción idólatra al servicio del papado, las cuales beben del vino de la ira de su fornicación. [Se cita Rev_17:1-4.]
Así se representa al poder papal, que con todo engaño de iniquidad por medio de una atracción superficial y un despliegue fastuoso engaña a las naciones, prometiéndoles -como Satanás a nuestros primeros padres- todo bien a los que reciban su marca y todo daño a los que se oponen a sus falacias. El poder que tiene la más profunda corrupción interior hará el mayor despliegue, y se vestirá con las más esmeradas señales de poder. La Biblia dice claramente que esto cubre una maldad corrompida y engañadora. “Y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”.


¿Qué entidad le entrega su reino a este poder?
El Protestantismo, un poder que mientras tras afirma que tiene el carácter y el espíritu de un cordero y está aliado con el cielo, habla con la voz de un dragón. Está movido por un poder que procede de abajo (Carta 232, 1899).

Dios permitirá que Satanás y sus aliados lleven adelante su plan de aniquilar a los santos y lleguen hasta el punto de casi tener éxito en su empeño; pero cuando llegue el momento de dar el golpe final, Dios intervendrá para librar a su pueblo. Las huestes del mal, que son detenidas en el mismo acto de intentar matar a los santos, quedarán sin excusa delante del tribunal de justicia divina (ver Dan_12:1; cf. PE 282-285; CS 693-694; NB 128-129). No es entonces de extrañarse que Juan se maravillara al contemplar la culminación del gran drama del misterio de iniquidad (ver com. Rev_17:6).

Símbolos usados en Apoc. 17: 1-6

Ramera.
Gr. pórn’, “prostituta”, “ramera”. Pórn’ quizá tenga su origen en una palabra que significa “vender” o “exportar para la venta” objetos como esclavos. En Grecia las prostitutas generalmente eran esclavas compradas. Los profetas del AT a menudo comparan con una mujer adúltera al Israel apóstata que repetidas veces “fornicaba” yendo tras dioses paganos (Eze_23:30; cf. Isa_23:17; ver com. Eze_16:15). En cuanto a la comparación de la Babilonia simbólica con una ramera, ver com. Rev_17:5 (cf. Rev_17:2, Rev_17:4; Rev_19:2); y en cuanto a pasajes del AT cuyo sentido o palabras sean similares con los de Apoc. 17, ver com. Isa_47:1; Jer_25:12; Jer_50:1; Eze_26:13.


Está sentada sobre muchas aguas.
O sea que ejerce un poder despótico sobre muchos “pueblos” y “naciones” (Rev_17:15). La flexión del verbo griego presenta a la “gran ramera” ejerciendo su poder en forma continuada. La antigua ciudad de Babilonia estaba situada junto a las aguas del río Eufrates (ver com. Jer_50:12, Jer_50:38), moraba simbólicamente “entre muchas aguas” o pueblos (Jer_51:12-13; cf. Isa_8:7-8; Isa_14:6; Jer_50:23), así también a la Babilonia moderna se la presenta sentada o viviendo sobre los pueblos de la tierra, u oprimiéndoles (cf. com. Rev_16:12).

[Rev_17:2] Han fornicado.
Gr. pornéuo, verbo afín de pórn’ (ver com. Rev_17:1). Esta expresión equivale a “fornicar” en el AT (cf. Eze_23:30; Hos_4:12). Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor que no es Cristo. En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata (ver com. Rev_17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa_23:15, Isa_23:17.


Reyes de la tierra.
Es decir, poderes políticos (ver com. Rev_17:12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la “gran ramera” (Rev_17:1; ver com. Rev_17:13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios (ver com. Rev_17:6, Rev_17:14) y gobernar a los “moradores de la tierra” (cf. Rev_17:8). Los “reyes de la tierra” serán sus cómplices en ese crimen.


Los moradores.
Los habitantes de la tierra serán engañados (cf. com. Rev_17:8) para que cooperen con la política de la gran ramera (cf. Rev_13:8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos.

Embriagado.
Una embriaguez completa. Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida. Cf. Jer_51:7; 2Th_2:9-10; Rev_13:3-4, Rev_13:7, Rev_13:18; Rev_14:8; Rev_18:3, Rev_18:23; Rev_19:20. Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia y los reyes de la tierra. Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados (CS 682).

Con el vino.
O sea al beber el vino. Este “vino” es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las “señales” con las cuales promueve su política (cf. Rev_13:13-14; Rev_18:23; Rev_19:20).

De su fornicación.
O, es decir, “su prostitución”. La alianza entre el cristianismo apóstata y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo.

Mujer.
Los profetas del AT repetidas veces comparan al pueblo de Dios que ha apostatado con una ramera (cf. Eze_16:15-58; Eze_23:2-21; Hos_2:5; Hos_3:1; etc.). Esta “mujer” la “gran ramera” (Rev_17:1), la simbólica “Babilonia la grande” (Rev_17:5) -, es culpable de “la sangre… de todos los que han sido muertos en la tierra” (Rev_18:24) sin duda a través de la historia. La Babilonia simbólica constituye la oposición religiosa organizada contra el pueblo de Dios, probablemente a través de toda la historia pero aquí específicamente en el tiempo del fin (ver com. Rev_17:5).

Sentada.
La flexión del verbo denota una acción continuada. En el Rev_17:1 se presenta a la “gran ramera” ejerciendo dominio religioso directo sobre los seres humanos; aquí, dirigiendo la política del gobierno civil (ver com. Rev_17:18). Una característica continua del cristianismo apóstata ha sido la de unir la iglesia con el Estado para consolidar el dominio religioso sobre la política (cf. t. IV, p. 863). Compárese con la declaración de nuestro Señor de que su “reino” no es “de este mundo” (Joh_18:36).

Bestia.
En la profecía bíblica las bestias generalmente representan poderes políticos (Dan_7:3-7, Dan_7:17; Dan_8:3, Dan_8:5, Dan_8:20-21 ; cf. Rev_12:3; Rev_13:1). El color de esta bestia puede insinuar que es el compendio del mal, así como los nombres de blasfemia que la cubren indican que se opone a Dios. Por lo tanto, esta bestia puede ser identificada como Satanás que obra por medio de esos instrumentos políticos, que se han sometido a su dominio a través de la historia.
Esta bestia se parece en ciertos aspectos al gran dragón bermejo del Rev_12:3, y en otros, a la bestia semejante a un leopardo del Rev_13:1-2. El contexto hace parecer más estrecha esta última relación. La diferencia principal entre la bestia del cap. 13 y la del cap. 17 es que en la primera, que se identifica con el papado, no se hace distinción entre los aspectos religioso y político del poder papal, mientras que en la segunda los dos son distintos: la bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente.

Escarlata.
O “carmesí”, un color brillante que llama la atención. En Isa_1:18 el carmesí es el color del pecado. Compárese con el “gran dragón escarlata” de Rev_12:3.

Nombre de blasfemia.
O “nombres blasfemos” (ver com. Mar_2:7; Mar_7:22). En Rev_13:1 (ver el comentario respectivo) los nombres están sobre las siete cabezas; aquí se hallan esparcidos por toda la bestia. Estos nombres indican el carácter de la bestia, intenta usurpar las prerrogativas de la Deidad. El hecho de que esté “llena” de nombres blasfemos, indica que está completamente dedicada a lograr sus propósitos. Cf. Isa_14:13-14; Jer_50:29, Jer_50:31; Dan_7:8, Dan_7:11, Dan_7:20, Dan_7:25; Dan_11:36-37.

BABILONIA LA GRANDE.
La Babilonia simbólica puede considerarse en cierto sentido como una representación de los sistemas religiosos apóstatas a través de la historia; pero “Babilonia la grande” simboliza en un sentido especial a las religiones apóstatas que se unirán en el tiempo del fin (ver com. Rev_14:8; Rev_16:13-14; Rev_18:24). En el Rev_17:18 se llama a la Babilonia simbólica “la gran ciudad” (cf. Rev_16:19; Rev_18:18); pero ahora es llamada “la grande” porque este capítulo trata más particularmente con el gran esfuerzo final de Satanás para lograr la lealtad de la raza humana por medio de la religión. “Babilonia la grande” es el nombre con el que la Inspiración se refiere a la gran triple unión religiosa del papado, el protestantismo apóstata y el espiritismo (ver com. Rev_16:13, Rev_16:18-19; cf. com. Rev_14:8; Rev_18:2; cf. CS 645;Dan_4:30; Zec_10:2-3; Zec_11:3-9). El nombre “Babilonia” se refiere a las organizaciones y a sus dirigentes, y no tanto a sus miembros, los cuales son llamados “muchas aguas” (Rev_17:1, Rev_17:15) y los “moradores de la tierra” (Rev_17:2; cf. Rev_17:8).


MADRE DE LAS RAMERAS.
Como ya se hizo notar, “Babilonia la grande” incluye al protestantismo apóstata en el tiempo que aquí se considera; por lo tanto, las hijas de esta “madre” son las diversas organizaciones religiosas que componen el protestantismo apóstata.

[Rev_17:6] Ebria.
Ver com. Rev_17:2. En sentido general puede decirse que Babilonia está “ebria” con la sangre de los mártires de todos los siglos (cf. Rev_18:24); pero en un sentido más inmediato, con la de los mártires futuros durante las escenas finales de la historia del mundo. Dios considera culpable a Babilonia de la sangre de aquellos cuya muerte decretará, pero que se le impedirá matar (ver CS 686). Babilonia está completamente embriagada por su éxito en lo pasado al perseguir a los santos (ver com. Dan_7:25; Mat_24:21; cf. Rev_6:9-11; Rev_18:24), y también por la perspectiva de que pronto tendrá la satisfacción de completar su sangrienta tarea (ver coro. Rev_16:6; Rev_17:14; cf. CS 686).

Quedé asombrado con gran asombro.
El texto griego refleja una expresión idiomática típicamente hebrea. El ángel había llamado a Juan para que fuera testigo de la sentencia que se pronunciaría contra Babilonia, la prostituta religiosa (Rev_17:1), y el apóstol quizá esperaba ver un cuadro de completa ruina y degradación; pero en vez de esto vio a una mujer vestida con atavíos costosos y magníficos, en estado de embriaguez y sentada sobre una espantosa bestia. Un ángel ya le había dicho algo a Juan acerca de esta “mujer” corrompida (Rev_14:8; Rev_16:18-19); pero ahora se le presenta un relato más completo y asombroso de sus crímenes. Lo que Juan ve lo deja sumamente atónito. Su asombro supera a cualquier otro que exprese en el Apocalipsis.
Los crímenes de la Babilonia simbólica, tal como se exponen en la acusación del ángel, pueden enumerarse como sigue (cf. com. Rev_18:4):

  1. Seducción. Cuando seduce a los reyes de la tierra para que accedan a una unión ilícita con ella, con el propósito de promover sus propios designios siniestros (ver com. Rev_17:2; Rev_18:3).
  2. Despotismo opresor. Al sentarse sobre “muchas aguas” para oprimir a los pueblos de la tierra (ver com. Rev_17:1).
  3. Contribuye a la delincuencia humana. Cuando hace que los habitantes de la tierra -excepto los santos- se embriaguen con el 866 vino de su política, convirtiéndolos así en los cómplices de su trampa impía (ver com. Rev_17:2). Por su “fornicación” ha “corrompido a la tierra” (Rev_19:2).
    4.Embriguez. Esta embriaguez “con la sangre de los santos” es porque la habían ofendido al negarse a beber de su vino maléfico de error o a someterse a su ambición de gobernar la tierra.
    5.Asesinato y tentativa de asesinato. Cuando tramó el asesinato de la esposa de Cristo, la “mujer” del cap. 12 (ver com. Rev_17:6, Rev_17:14; Rev_18:24).

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