Los libros apócrifos son:
Tobías, Judit, 1° de Macabeos, 2° Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc.
Vemos algunas muestras de sus herejías, que contradicen al canon bíblico
TOBÍAS
Este libro posiblemente se escribió en el siglo II a. C. Es una historia de aventura, edificada en torno al personaje central: Tobías, un judío cautivo en Asiría.
Un comentario católico dice: «Entre los exégetas católicos de hoy día se tiende a considerar el libro como novela didáctica con fondo histórico». (Profesores de Salamanca, Biblia comentada (Biblioteca de Autores Cristianos), t. 2, pág. 799.)
En este libro se detectan, por lo menos, tres enseñanzas diferentes de las que tiene el material bíblico aceptado:
1. Enseña artes mágicas (Tobías 6: 5-8). Un ángel le aconseja a Tobías poner un pedacito del corazón de un pez en el fuego, pues el humo generado ahuyenta todo género de demonios con mucha eficacia.
Esta enseñanza es contraria a la Biblia. El corazón de un pez no tiene poder. Dios no le puede pedir a un ángel que aconseje tal cosa. La Biblia dice que en el nombre de Cristo se puede expulsar el demonio (Mar. 16: 17). Así lo hizo Pablo (Hech. 16: 18) y el demonio salió de una mujer.
2 .El dar limosna limpia de pecado (Tobías 12: 8, 9). «La limosna libra de la muerte, limpia de todo pecado. Los que practican la misericordia y la justicia serán repletos de vida».
En realidad, somos redimidos no con cosas corruptibles como plata u oro, sino por la sangre de Jesús (1 Ped. 1: 18, 19).
3. Un ángel dice una mentira (Tobías 5:11 -14). Esta es una de las curiosidades de este libro. En un determinado momento se establece un diálogo entre Tobías y el ángel Rafael (aunque Tobías no sabe que es un ser angélico) y le pregunta: ¿De qué «tribu eres»? Y el ángel le responde: «Soy hijo de Azarías, hijo de Ananías, grande entre tus hermanos» A lo que Tobías le responde: «Tú eres de una buena y noble ascendencia».
Una afirmación de este tipo en un ángel del Señor, lo haría culpable de transgresión del noveno mandamiento (Éx. 20: 16). Según la Biblia, y comparando la historia de Tobías con la de Zacarías (Luc. 1: 19), podemos comprender por qué Cristo no citó estas fuentes como autoridad.
JUDIT
Este libro se escribió originalmente en hebreo. Generalmente, se lo fecha alrededor del 150 AC. En esta obra se detectan ciertas irregularidades históricas. (Profesores de Salamanca, Biblia comentada (Biblioteca de Autores Cristianos), t. 2, pág. 846.).
1. Menciona a Nabucodonosor como rey de los asirios.
2. Se dice que reinó sobre la ciudad de Nínive, la capital de Asiría.
3. Afirma el autor que él mismo luchó contra Arfacsad, rey de los medos.
Aclaramos, diciendo:
¿Cómo pudo reinar Nabucodonosor sobre un imperio (Asiría) que fue destruido — hecho sostenido por la Biblia y confirmado por la historia— antes de que él accediera al trono de Babilonia? ¿Por qué se lo llama
rey de los asirios, cuando en realidad fue rey de los babilonios? ¿Cómo pudo luchar contra Arfacsad, monarca que no figura en los anales de los reyes medos o persas?
Además de estas dificultades de orden histórico, De Vaux dice que hay otros problemas geográficos y topográficos.
MACABEOS
Los libros primero y segundo de Macabeos, tienen una gran importancia histórica. El primer libro relata la lucha de los judíos por su libertad política y religiosa. El segundo cuenta sus luchas y la reedificación del
templo.
Algunas de sus enseñanzas son las siguientes:
1. La oraciones por los muertos (2 Macabeos 12: 43-46). «Es pues un pensamiento santo y saludable el orar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados».
Párrafos como éste son los que le conceden a la Iglesia Católica argumento para sostener la doctrina del purgatorio. Esta es una doctrina que no tiene fundamento bíblico. En Hechos 2: 34, se dice que David no recibió recompensa alguna, pues a pesar de que era un hombre según el corazón de Dios, no subió al cielo. Según el libro de Isaías (38: 18), los que bajan al sepulcro «no esperarán tu verdad», pues cuando una persona muere terminan sus expectativas, ya que «nada saben» (Ecles. 9: 6). Las oraciones y penitencias de los vivos no cambiarán su destino pues los muertos no pueden mejorar luego de la muerte.
SABIDURÍA
El libro de Sabiduría es un tratado político religioso que combina conceptos teológicos del A.T. con ideas filosóficas alejandrinas derivadas del platonismo y del estoicismo. Se lo compuso originalmente en griego, aproximadamente durante el s. I a. C, muy posiblemente en Alejandría.
Esta es otra obra en la que se detectan las enseñanzas típicas de estos libros y que se manifiestan en doctrinas sostenidas por la Iglesia Católica.
1. La existencia del purgatorio (Sab.3: 1 -4). «Las almas, empero de los justos están en la mano de Dios, y no llegará a ellas el tormento de la muerte eterna. A los ojos de los insensatos pareció que morían:
y su tránsito, o salida del mundo, se miró como una desgracia, y como un aniquilamiento su partida de entre nosotros; mas ellos, a la verdad reposan en paz. Y si delante de los hombres han padecido tormentos, su esperanza está llena o segura de feliz inmortalidad».
La Biblia no enseña nada de un estado intermedio. Nos remitimos a los textos. dados originalmente en relación a las oraciones por los muertos.
2. La predestinación y el azar (Sab. 8: 19, 20). «Ya de niño fin yo de buen ingenio, y me cupo por suerte una buena alma… en la bondad pude conservar inmaculado mi cuerpo…».
Este texto es utilizado en algunas ocasiones para enseñar la doctrina del nacimiento inmaculado de María. Sin embargo, solamente el nacimiento de Cristo tuvo esas condiciones (Luc. 1: 30-35).
Por otra parte, la aseveración: «Me cupo en suerte una buena alma», introduce la idea de la preexistencia del alma, y de una azarosa distribución de la misma entre los seres creados. Tales eventos son
rotundamente negados por lo que la Biblia dice con respecto a la composición
del hombre (Gén. 2: 7).
Porque se dudó de su inspiración, estos libros no fueron incluidos en el canon palestino: 1 y 2 de Esdras, Tobías, Judit, adiciones al libro de Ester, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, Baruc, la Carta de Jeremías, la oración de Azarías, el episodio de la casta Susana, Bel y el dragón, la oración de Manases, y 1 y 2 de
Macabeos.
Fuente: Descargar Libro Credos Contemporáneos
