📜 Origen histórico del conflicto entre Israel e Irán (desde 1948)

1948: Fundación del Estado de Israel — Irán fue uno de los primeros países musulmanes en reconocer al nuevo estado judío de forma de facto. En ese momento, ambos países no eran enemigos, y compartían cierta cooperación tácita debido a sus mutuos intereses en contener la influencia árabe y soviética.
1950s–1979: Alianzas estratégicas — Bajo el régimen del Sha Mohammad Reza Pahlaví, Israel e Irán mantuvieron relaciones económicas y militares discretas, incluyendo cooperación en inteligencia (proyecto Tzahar). Ambos veían a Egipto, Irak y Siria como amenazas comunes.
1979: Ruptura total tras la Revolución Islámica — El Ayatolá Jomeini derrocó al Sha y transformó a Irán en una teocracia islámica chiita. Desde entonces, Irán calificó a Israel como “el pequeño Satán” y adoptó una política abiertamente antisionista. Se cortaron las relaciones diplomáticas, y comenzó el respaldo iraní a movimientos armados como Hezbolá y, posteriormente, a Hamas.
1980s–2000s: Guerra en las sombras — Irán desarrolló redes de apoyo a grupos armados hostiles a Israel, mientras que Israel realizaba operaciones encubiertas, como asesinatos de científicos y sabotajes a instalaciones nucleares (Stuxnet 2010).
2010s–2023: La rivalidad se mantuvo mediante ataques indirectos en Siria, Líbano, y Gaza, con Israel atacando bases iraníes en Siria y frustrando intentos de expansión militar chiita.

⚔️ Escalada reciente del conflicto (2023–2025)

2023: Hamas, con apoyo iraní, lanza una ofensiva desde Gaza, iniciando una nueva guerra con Israel.
2024: Misiles lanzados desde Siria, Irak y Líbano; se intensifican los ataques cibernéticos y aéreos. Irán amenaza con unificar los frentes.
13 de junio de 2025: Israel ejecuta la Operación Rising Lion, atacando instalaciones nucleares en Natanz, Isfahán y Teherán, matando a líderes clave del IRGC y científicos.
14–15 de junio: Irán responde con “Operación Promesa Verdadera III”, lanzando más de 150 misiles y drones hacia ciudades israelíes como Tel Aviv y Haifa.

🇺🇸 Intervención de Estados Unidos (21–22 de junio 2025)

EE.UU. lanza la Operación Midnight Hammer, usando bombarderos B‑2 y misiles Tomahawk para destruir los sitios nucleares de Fordow, Natanz y Esfahán.
Trump afirma que fueron “completamente obliterados” y declara que Irán representa una amenaza inminente para la paz global.
Rusia, China e Irán denuncian el ataque como ilegal. La ONU y la AIEA advierten sobre un posible conflicto regional mayor.
Irán responde bombardeando instalaciones de EE.UU. y amenaza con cerrar el estrecho de Ormuz, afectando el flujo petrolero mundial.

📌 Conclusión

El conflicto entre Israel e Irán pasó de una alianza en los años 50–70 a una enemistad profunda tras 1979. Hoy, la escalada militar alcanzó un nuevo punto crítico con la intervención directa de EE.UU. en junio de 2025. El riesgo de guerra regional o global es alto, y la diplomacia internacional enfrenta uno de sus mayores desafíos desde la Guerra del Golfo.

🔗 Enlaces de referencia

📖 Llamado al estudio de la Palabra y a la oración en tiempos de conflicto

Amados hermanos, los recientes acontecimientos entre Israel, Irán y otras potencias mundiales no solo representan una escalada militar preocupante, sino una urgente señal profética que debe despertar a la iglesia del Dios viviente.

Vivimos días que reflejan con notable precisión lo que el Señor nos reveló en las profecías de Daniel y Apocalipsis: conflictos entre reyes del norte y del sur, amenazas nucleares, desestabilización de la paz mundial, y el eco de una crisis final que se avecina. Estos hechos no son casuales, ni deben ser observados con temor, sino con discernimiento espiritual.

Elena G. White nos amonesta:

“Satanás obra también por medio de los elementos para cosechar muchedumbres de vidas desprevenidas. […] Está estudiando los secretos del laboratorio de la naturaleza, y usa todo su poder para dirigir los elementos hasta donde Dios se lo permite.” (El Conflicto de los Siglos, p. 589)

Hoy más que nunca, Dios nos llama a volvernos fervientemente a las Escrituras. Necesitamos comprender los tiempos como los hijos de Isacar (1 Crónicas 12:32) y mantener nuestras lámparas llenas de aceite (Mateo 25). No podemos enfrentar lo que viene sin una conexión viva y constante con la Palabra de Dios.

📌 ¿Qué podemos hacer como iglesia y como individuos?

Dedicar tiempo diario al estudio profundo de la Biblia y el Espíritu de Profecía.
La verdad presente es más urgente que nunca. Los capítulos 10–12 de Daniel y 13–18 de Apocalipsis deben ser leídos con oración y reverencia.
Fomentar círculos de oración e intercesión.
Como Daniel, debemos orar tres veces al día, intercediendo por los pueblos afectados, por los líderes del mundo y por la iglesia remanente.
Prepararnos espiritualmente.
Las señales nos indican que el tiempo de angustia se aproxima. Es tiempo de buscar al Señor mientras puede ser hallado (Isaías 55:6).
Anunciar esperanza.
No con temor, sino con la firmeza de que “nuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).