1. Método profético: Historicismo frente a Futurismo
El método profético que caracteriza la interpretación adventista es el historicismo, que ve el cumplimiento de las profecías bíblicas desarrollándose progresivamente a lo largo de la historia, desde los días de los profetas hasta el tiempo del fin. En contraste, el futurismo —adoptado por muchas corrientes evangélicas— traslada el cumplimiento de casi toda la profecía apocalíptica al futuro, especialmente al período inmediatamente anterior a la segunda venida de Cristo. Este enfoque ha llevado a una lectura sensacionalista de eventos actuales, como el conflicto geopolítico con Irán, asociándolos erróneamente con profecías bíblicas.
El futurismo, especialmente desde la teología dispensacionalista, interpreta los pasajes de Daniel, Ezequiel y Apocalipsis como predicciones literales de acontecimientos políticos y militares en el Medio Oriente, lo cual contradice el principio bíblico de que muchas profecías son simbólicas y se deben entender espiritualmente.
«No debemos fijar nuestra fe en teorías y conjeturas humanas sobre lo que puede suceder en el mundo… Debemos apegarnos a lo que dice la Palabra de Dios» (Manuscript Releases, tomo 10, p. 178).
2. Persia en Daniel 2 y 7: Significado histórico, no escatológico futuro
En Daniel 2, el imperio medo-persa aparece representado por el pecho y los brazos de plata; en Daniel 7, es el oso levantado de un costado. Ambos símbolos tienen un cumplimiento histórico, no profético futuro. La idea de que Persia (actual Irán) volverá a tener un papel escatológico es ajena al contexto y propósito del texto bíblico, que describe una secuencia de reinos que culmina en el establecimiento del reino eterno de Dios (Daniel 2:44).
Comentario Bíblico Adventista (CBA), tomo 4, sobre Daniel 2:
«Los metales decrecientes en valor simbolizan el deterioro moral de los imperios… no una restauración futura de los mismos».
Además, el cambio del nombre de Persia a Irán en 1935 no altera su papel profético, que fue cumplido en la historia al derrotar a Babilonia (Daniel 5:30-31). Las profecías no indican una “resurrección” literal de estas naciones en el tiempo del fin.
3. Apocalipsis 13:2 y la bestia compuesta
La bestia descrita en Apocalipsis 13 combina características de los imperios anteriores: leopardo (Grecia), oso (Medo-Persia), león (Babilonia). Esta amalgama no representa una alianza geopolítica moderna, sino una herencia ideológica y religiosa de poderes perseguidos, que se encarna en el papado, según la interpretación historicista.
CBA, tomo 7, sobre Apocalipsis 13:
«La bestia representa el papado restaurado al poder después de su herida mortal. No se trata de una confederación moderna de naciones sino de una continuación del poder perseguidor de Roma papal».
4. Ezequiel 38 y 39: Gog y Magog como símbolos
Muchos intérpretes modernos han identificado a Gog y Magog con naciones actuales como Rusia o Irán. Sin embargo, la interpretación bíblica coherente muestra que Gog y Magog simbolizan la rebelión final contra Dios, mencionada claramente en Apocalipsis 20:7-9, después del milenio.
No se van a reunir en ningún valle a pelear la ultima batalla como soldados medievales, que incongruencia más grande.
CBA, tomo 4, sobre Ezequiel 38-39:
«El lenguaje utilizado es altamente simbólico. El conflicto representa la oposición universal contra el pueblo de Dios, no una invasión literal por parte de naciones específicas».
5. Armagedón: Conflicto espiritual, no militar
La batalla de Armagedón, mencionada en Apocalipsis 16:16, ha sido malinterpretada como una guerra literal entre naciones, incluyendo a Irán. Sin embargo, el contexto de Apocalipsis revela que esta es la última gran batalla espiritual entre los poderes del mal y el pueblo fiel de Dios.
«La batalla del gran día del Dios Todopoderoso se librará entre las fuerzas del cielo y las de la tierra… no por medios materiales, sino por las decisiones espirituales que los seres humanos tomen» (Eventos de los últimos días, p. 236).
6. Conclusión: Irán no tiene un rol escatológico literal
La enseñanza bíblica, apoyada por el Comentario Bíblico Adventista y los escritos del Espíritu de Profecía, no asigna a Irán (antigua Persia) ningún papel profético futuro. Los intentos de vincular los eventos modernos en el Medio Oriente con las profecías bíblicas ignoran el método historicista y fomentan un sensacionalismo no bíblico.
«Satanás se introduce entre el pueblo de Dios con teorías imaginarias… apartando su atención de las Escrituras claras» (Testimonios para la Iglesia, tomo 1, p. 375).
El Conflicto de los Siglos, p. 593:
«El último gran engaño consistirá en hacer creer que Satanás es Cristo… El conflicto se intensificará, no tanto con armas humanas, sino con decisiones morales y espirituales».