Estamos viviendo el cumplimiento de varias corrientes que venían avanzando desde hace más de 100 años, y que se había descrito con una claridad impresionante: el protestantismo, dejando a un lado la Biblia y la Reforma, tendería la mano al poder romano. (“El Conflicto de los Siglos”, caps. 35–38).
Veamos como regresaron a Roma
1. ¿Cuál era el legado de Lutero?
El “protestantismo” original se sostenía en 4 pilares (aunque no todos los reformadores los expresaron igual):
- Sola Scriptura: la Biblia por encima de la tradición.
- Sola Fide: justificación por la fe sin méritos humanos.
- Sacerdocio de todos los creyentes: no hay una casta sacerdotal que medie la gracia.
- Conciencia libre frente a Roma y al Estado: “Mi conciencia está cautiva a la Palabra de Dios”.
Ese legado implicaba, en la práctica, una postura de separación respecto al papado porque se le veía como un sistema que había oscurecido el evangelio. Esto lo dicen no solo los adventistas; lo dijeron los reformadores, las confesiones protestantes históricas y los puritanos.
2. ¿Qué cambió para que ese legado se “diluyera”?
No desapareció de un día para otro. Fue un proceso en capas:
a) Teología liberal y crítica bíblica (s. XIX–XX)
Cuando muchas iglesias protestantes comenzaron a dudar de la inspiración plena de la Escritura (milagros, profecía, Gén 1–11, Daniel, Apocalipsis), Sola Scriptura perdió fuerza.
Si la Biblia deja de ser la autoridad final, entonces Roma deja de ser “el problema”. El problema pasa a ser “el secularismo”, “la pobreza”, “la guerra”. Y ahí nace el: “¿por qué pelearnos entre cristianos si el mundo se está descristianizando?”
b) Dos guerras mundiales y la idea de “unidad”
Después de 2 guerras mundiales, muchas iglesias dijeron: “la división religiosa también ha causado conflictos; necesitamos testificar unidos”. Ese espíritu de posguerra empujó a los consejos de iglesias y al movimiento ecuménico (s. XX).
Pero aquí hay un truco: la unidad pasó a ser un valor más alto que la verdad. Y cuando la unidad se pone por encima de la verdad, la Reforma estorba.
c) El giro católico en Vaticano II (1962–1965)
Roma hizo algo muy inteligente: no cambió su eclesiología (sigue creyendo ser la Iglesia de Cristo), pero cambió su tono.
Documentos como Unitatis Redintegratio (sobre ecumenismo) y Nostra Aetate mostraron una Roma “dialogante”, “pastoral”, “abierta”. Eso desconcertó a muchos protestantes porque ya no veían a la Roma de Trento, sino a una Roma sonriente.
Resultado: muchos protestantes pensaron: “Si Roma ya no es tan dura… ¿por qué vamos a seguir protestando?”
d) Declaraciones conjuntas sobre la justificación
En el s. XX hubo varios intentos de decir: “ya no estamos divididos en cuanto a la salvación”. El más famoso es la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación (1999) entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica.
¿El mensaje práctico? “El problema de Lutero ya está resuelto”.
Si “el problema de Lutero” está resuelto, ¿para qué seguir siendo protestante?
Pero el punto adventista es: no estaba resuelto, porque Roma no renunció:
- ni al papado,
- ni a la misa como sacrificio,
- ni a la mediación mariana y de los santos,
- ni a la tradición como fuente de revelación.
O sea: se firmó “unidad” sin volver al terreno de Sola Scriptura.
e) El auge pentecostal/carismático
Otra capa: en la segunda mitad del s. XX el crecimiento no lo tuvieron las iglesias luteranas históricas, sino los pentecostales. Y como el catolicismo también tuvo Renovación Carismática, se creó un punto de contacto: “los dones”, “la alabanza”, “el Espíritu”.
Entonces se oye mucho: “Si tenemos el mismo Espíritu, ¿por qué estar divididos?”
Pero se deja de preguntar: “¿tenemos la misma doctrina?”
f) El pragmatismo evangélico
En los 80–90 creció la idea de “iglesia para alcanzar al mundo”: menos doctrina, más resultados. Eso hizo que muchos líderes vieran la controversia doctrinal como un estorbo para el crecimiento. Y Roma se presentó como una gran aliada en temas de familia, aborto, agenda moral, libertad religiosa.
Y así nació la fórmula: “Unámonos en lo que nos une; no discutamos lo que nos divide.”
Suena bonito. Pero eso es exactamente lo contrario de lo que hizo la Reforma, que dijo: “Debemos aclarar lo que nos divide, porque allí está el evangelio”.
3. ¿Por qué entonces parece que “desapareció” el legado de Lutero?
Porque la mayoría de las iglesias que se llamaban protestantes dejaron de protestar en el punto donde Lutero protestó: la autoridad final y la naturaleza del evangelio.
Se sustituyó:
- Autoridad → por experiencia/comunidad
- Doctrina → por diálogo
- Verdad → por unidad
- Profecía → por diplomacia
Cuando eso pasa, Roma ya no es vista como “la mujer vestida de púrpura” (Ap 17), sino como “otra forma válida de cristianismo”.
4. Cómo lo vio el adventismo (y por qué los adventistas no pueden entrar al ecumenismo)
Ellen White lo pinta así:
“Cuando el protestantismo extienda la mano sobre el abismo para asir la mano del poder romano […] entonces sabremos que el tiempo ha llegado.” (parafraseado de CS cap. 36–38).
Para ella, el peligro no era solo Roma, era el protestantismo apóstata: protestantismo sin protesta.
Y eso encaja con Ap 13 y 17: al final hay una unión religiosa mundial, no porque todos sean católicos, sino porque todos aceptan un mismo principio: la autoridad humana por encima de la Biblia.
El adventismo, en cambio, sostiene:
- que la ley de Dios sigue vigente (Ap 14:12),
- que el llamado final es a “salir de ella, pueblo mío” (Ap 18:4),
- y que el conflicto final es de adoración y autoridad (Dn 7:25; Ap 13:4–8).
Por eso, desde una lectura profética, no es extraño ver luteranos, anglicanos, metodistas y evangélicos dialogando con Roma: es exactamente lo que la profecía dijo que pasaría cuando el protestantismo dejara la Biblia como norma única.
5. ¿Hay responsabilidad de los protestantes? Sí.
- Dejaron de enseñar historia de la Reforma.
- Dejaron de predicar justificación por la fe en sentido bíblico (Ro 3–5; Gá 2).
- Dejaron de identificar el papado proféticamente (Dn 7; Ap 13).
- Cambiaron la adoración bíblica por formas muy parecidas a Roma.
- Y sus hijos crecieron sin saber por qué sus abuelos habían salido de Roma. Si no sabes por qué saliste, es fácil volver.
6. Marco bíblico para explicar esto
- 2 Ts 2:3–12: habla de una apostasía previa y de un poder que se sienta en el templo de Dios.
- Ap 13: presenta una alianza mundial religiosa-política.
- Ap 17–18: Babilonia sentada sobre muchas aguas, fornicando con los reyes de la tierra.
- Ap 14:6–12: en el mismo tiempo final, Dios levanta un mensaje que no es ecuménico, es separador: “Si alguno adora a la bestia…”.
- Is 8:20: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”
7. Cita de EGW que resume tu pregunta
En El Conflicto de los Siglos ella dice que “los protestantes buscarán la ayuda del poder civil” y que “las iglesias populares” se unirán en puntos comunes, dejando de lado las doctrinas que los separan. Eso es exactamente el ecumenismo moderno.
Y añade: “El protestantismo extenderá la mano”. Es decir: no es Roma la que cambia de naturaleza; es el protestantismo el que baja la guardia.
Línea de tiempo: del protestantismo que protestaba al protestantismo ecuménico
1517 – El inicio
- 31 de octubre – Lutero en Wittenberg.
- Qué afirmó: autoridad de la Biblia sobre la tradición; salvación por gracia; denuncia de abusos.
- Por qué importa: aquí nace el principio que Roma no puede aceptar: Sola Scriptura.
1545–1563 – Concilio de Trento (respuesta católica)
- Qué fue: la gran Contrarreforma.
- Qué dijo: la tradición tiene la misma autoridad que la Biblia; el papa tiene autoridad; la misa es sacrificio; la justificación no es solo por la fe.
- Por qué importa: Roma fijó posición y nunca la ha revocado. Es clave: si Roma no cambió, ¿quién cambió? → el protestantismo.
1910 – Conferencia Misionera de Edimburgo
- Qué pasó: protestantes y anglicanos se reúnen para coordinar misiones mundiales.
- Por qué importa: aquí nace la idea moderna de “trabajemos juntos aunque no pensemos igual”. El foco se mueve de la doctrina a la misión.
1948 – Fundación del Consejo Mundial de Iglesias (CMI/WCC)
- Quiénes: ortodoxos, anglicanos, luteranos, reformados; Roma no entra oficialmente.
- Idea clave: la unidad visible de los cristianos.
- Por qué importa: el ecumenismo deja de ser buena voluntad y se vuelve estructura.
1962–1965 – Concilio Vaticano II
- Documentos claves: Unitatis Redintegratio (sobre ecumenismo), Nostra Aetate (diálogo interreligioso).
- Qué hizo Roma: cambió el tono, no la doctrina.
- Por qué importa: muchos protestantes dijeron: “¡Roma ya no es la de antes!” y bajaron la guardia profética. EGW lo había advertido: “Roma nunca cambia.”
Años 1970–1980 – Movimiento carismático y renovación
- Qué pasó: católicos, protestantes y pentecostales empiezan a compartir experiencia de “dones”, alabanza y retiros.
- Clave: la experiencia se volvió el punto de unión, no la verdad.
- Por qué importa: si la unidad se basa en la experiencia, la Reforma ya no es necesaria.
1994 – “Evangelicals and Catholics Together” (ECT)
- Quiénes: líderes evangélicos de EE.UU. y católicos.
- Qué dijeron: católicos y evangélicos somos “hermanos” y debemos colaborar.
- Por qué importa: por primera vez, líderes evangélicos influyentes dejan de ver a Roma como sistema apostata y la presentan como “otra rama del cristianismo”.
1999 – Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación (Luteranos – Católicos)
- Mensaje práctico: “el problema de Lutero ya está resuelto”.
- Pero…: Roma no renunció a Trento.
- Por qué importa: si el “problema de Lutero” está resuelto, entonces el 31 de octubre ya no tiene razón de ser. Aquí se borra el legado de la protesta.
2006–2010 – “Semana de oración por la unidad de los cristianos”
- Qué es: espacio anual católico-protestante-ortodoxo.
- Por qué importa: la unidad se vuelve práctica, devocional, litúrgica. La gente común ya no sabe por qué hubo Reforma.
2016 – Encuentro en Lund, Suecia (Vaticano – Federación Luterana Mundial)
- Contexto: 1 año antes de los 500 años de la Reforma.
- Símbolo: el papa Francisco con los luteranos conmemorando la Reforma.
- Por qué importa: es el gesto más gráfico de que el protestantismo institucional dejó de protestar.
2017 – 500 años de la Reforma
Por qué importa: se celebró la memoria de Lutero, pero no su teología.
Es decir: se recordó al hombre, pero se olvidó por qué protestó.
Lo que pudo ser: una reafirmación de Sola Scriptura y del rechazo al papado.
Lo que fue en muchas iglesias: celebración cultural, histórica, casi turística.