Hay una sermón pronunciada por Elena White donde los antitritinarios aseguran que ella dice que Cristo es el Espíritu Santo. Veamos si es cierto:
Sermón: https://m.egwwritings.org/en/book/5621.1#2000001
Análisis de la Relación entre Cristo y el Espíritu Santo en el Sermón «Frutos de la Conversión» (1891)
I. Introducción
A. Contexto
El texto del sermón bajo examen, titulado «Frutos de la Conversión», fue pronunciado en Healdsburg, California, el 19 de septiembre de 1891. El discurso se centra principalmente en las manifestaciones prácticas de la conversión cristiana genuina, enfatizando la necesidad de unidad entre los creyentes, el desarrollo de un carácter semejante al de Cristo y la evidencia tangible de la fe a través de acciones como el amor, la paz y la bondad, particularmente dentro del hogar y la comunidad. Se basa en gran medida en pasajes bíblicos, especialmente la oración de Jesús en Juan 17, para subrayar la importancia de la armonía y la relación del creyente con Dios.
B. Objetivo
El objetivo específico de este informe es realizar un análisis meticuloso del texto del sermón proporcionado para determinar si apoya la proposición teológica de que Jesucristo y el Espíritu Santo son la misma entidad, o viceversa. Este análisis se adherirá estrictamente al contenido del sermón mismo, evaluando sus referencias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, sus roles descritos, sus relaciones y el concepto de «unidad» tal como se presenta en el texto. La determinación se basará únicamente en la evidencia textual proporcionada, siguiendo un examen estructurado de los pasajes relevantes.
II. Análisis de las Personas Divinas y su Relación
A. Distinción de Jesucristo del Padre
El texto del sermón establece una clara distinción entre Jesucristo y el Padre desde el principio. Cita extensamente de Juan 17, donde Jesús es explícitamente representado orando a Su Padre.
- Evidencia Textual: El sermón comienza citando Juan 17:9-10: “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.” La oradora enfatiza inmediatamente: «Noten las palabras. Es Jesucristo quien está orando a Su Padre…» Más adelante, el sermón cita los versículos 11-13, incluyendo: «Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.»
- Análisis: Esta representación presenta inherentemente a dos Personas distintas entablando comunicación. El uso de la primera persona («Yo», «me», «mío») para Jesús y la segunda persona («tú», «tuyo») para el Padre significa una relación sujeto-objeto inconsistente con la identidad. Jesús habla de Su relación con el Padre («así como nosotros»), indicando unidad en la relación y el propósito, pero no una fusión de identidad. El acto mismo de orar necesita una distinción entre el que ora y aquel a quien se ora. La dependencia fundamental del sermón en esta oración enmarca la relación Padre-Hijo como una de Personas distintas en comunión íntima y unificada.
- Evidencia Adicional: El sermón refuerza esta distinción al referirse a la partida de Cristo del mundo para regresar al Padre («Y ya no estoy en el mundo… y yo voy a ti»). Esta narrativa de movimiento y regreso solidifica aún más sus existencias personales separadas. Además, se destaca el papel de Cristo como Abogado del creyente ante el Padre: «Él es nuestro Abogado, y Él intercede en nuestro favor ante el Padre. ¡Tenemos un Amigo en la corte!». Esta función requiere lógicamente que Cristo sea distinto del Padre ante quien intercede.
B. El Rol y la Identidad de Jesucristo
A lo largo del sermón, Jesucristo es presentado con roles y atributos específicos que definen Su identidad y función únicas dentro del plan divino y en relación con los creyentes.
- Evidencia Textual: Se le identifica como el Salvador («Venid», dice Cristo vuestro Salvador»), el que murió para perfeccionar la unidad («Cristo murió para perfeccionar»), quien soportó la cruz («soportó la cruz, menospreciando el oprobio»), quien resucitó de entre los muertos («Ha resucitado; ha resucitado de entre los muertos»), ascendió («Ha ascendido a lo alto»), y ahora actúa como Abogado («Él es nuestro Abogado»). Él es la fuente de gozo («para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos»), el Portador de cargas («venid directamente al gran Portador de cargas»), el Ejemplo divino («aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón», «Él nos ha dado Su ejemplo»), la Luz, la Verdad y la Vida («la Luz del mundo, la Verdad, la Vida»), la Roca fundamental («¿No es la Roca de los siglos? Bueno, ¿qué harás? Escóndete en esa Roca»), y el que busca entrar en el corazón del creyente («He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…»).
- Análisis: Estos diversos roles describen a una Persona distinta con una historia redentora específica (encarnación, sufrimiento, muerte, resurrección, ascensión) y ministerios continuos (abogacía, atraer a los creyentes, dar descanso). Su identidad está intrínsecamente ligada a estas acciones realizadas en relación tanto con el Padre como con la humanidad. Su posición como el Ejemplo para los creyentes («aprended de mí») lo distingue inherentemente de aquellos que son llamados a seguirlo. De manera similar, Su rol como Abogado lo coloca en una posición mediadora, distinto tanto del Padre al que se dirige como de los creyentes a los que representa. Esto implícitamente lo diferencia también del Espíritu Santo, cuyo rol se describe posteriormente como capacitar a los creyentes para seguir el ejemplo de Cristo internamente.
C. El Rol y la Identidad del Espíritu Santo
El sermón también habla específicamente sobre el Espíritu Santo, asignándole características y funciones distintas.
- Evidencia Textual: Se menciona al Espíritu en el contexto de la «lluvia tardía» («Porque la lluvia tardía viene», «la segunda, la lluvia tardía; el descenso del Espíritu Santo de Dios»). Se describe explícitamente como siendo «enviado desde el cielo, llamado el Espíritu Santo». Su obra se identifica como el «poder convertidor», que trae un «corazón nuevo», definido además como una «mente nueva» o «voluntad nueva» («Dios quiere que Su poder convertidor venga… ¿Qué es el corazón nuevo? Es la mente nueva. ¿Qué es la mente? Es la voluntad.»). Este poder «afecta el corazón y el carácter» y es necesario para la santificación («Santifícalos en tu verdad… que la santificación tenga su influencia para leudar a los que nos rodean… es la levadura del espíritu de Jesucristo, que es enviado desde el cielo, llamado el Espíritu Santo, y ese Espíritu afecta el corazón y el carácter.»).
- Análisis: El Espíritu Santo se presenta como un agente o poder divino cuyo origen para su obra específica en los creyentes es «del cielo». Esta descripción de ser «enviado desde el cielo» contrasta marcadamente con la descripción del Cristo ascendido, quien es retratado como estando en el cielo, abogando ante el Padre («Ha ascendido a lo alto… Él es nuestro Abogado… ante el Padre»). Una entidad no puede lógicamente ser descrita como siendo «enviada desde el cielo» y simultáneamente estar «en el cielo abogando» en la misma capacidad al mismo tiempo. Esta diferencia en la acción y ubicación descritas implica fuertemente dos entidades distintas. La función principal del Espíritu es la transformación interna: conversión, otorgamiento de una nueva voluntad y el proceso continuo de santificación que moldea el carácter del creyente.
- «Levadura del Espíritu de Jesucristo»: La frase «levadura del espíritu de Jesucristo» requiere un análisis contextual cuidadoso. Aparece en contraste con influencias negativas descritas como «levadura»—»no la levadura de malicia, no la levadura de celos, no la levadura de malas sospechas». En esta estructura metafórica, «levadura» representa una influencia o cualidad penetrante. Por lo tanto, «la levadura del espíritu de Jesucristo» significa la influencia del Espíritu Santo, que produce cualidades semejantes a las de Cristo (amor, unidad, paz) dentro del creyente. El texto sigue inmediatamente a esta frase reiterando el origen del Espíritu («que es enviado desde el cielo, llamado el Espíritu Santo»), reforzando su identidad distinta en lugar de sugerir que es Cristo. La frase denota así la naturaleza y el resultado de la obra del Espíritu—hacer a los creyentes semejantes a Cristo—en lugar de una identidad ontológica entre el Espíritu y Cristo.
III. El Significado de «Unidad» en el Sermón
El concepto de «unidad» (oneness) es central en el sermón, pero su significado está cuidadosamente definido por el contexto.
- A. Contexto de la Unidad: Las referencias primarias provienen de la oración de Cristo en Juan 17: «para que sean uno, así como nosotros», y la exhortación a los creyentes a ser «uno con Cristo como Él fue uno con el Padre».
- B. Naturaleza de la Unidad: El sermón equipara explícitamente esta unidad con «unidad», «armonía», «amor» y «unidad de acción, hermano con hermano». Se presenta como el antídoto a la «división y disensión y diferencias y separación». El objetivo es lograr «esa armonía unos con otros por la cual Cristo murió para perfeccionar».
- C. Análisis: La «unidad» descrita a lo largo del sermón es consistentemente relacional, ética y con propósito. Significa una unidad de mente, corazón y acción entre los creyentes, reflejando la unidad perfecta que existe entre el Padre y el Hijo. Nunca se presenta como una fusión ontológica o una identidad de ser. Cristo ora por este estado de unidad para que se logre entre Sus seguidores distintos. Además, el sermón utiliza la relación Padre-Hijo («así como nosotros») como el modelo para la unidad deseada entre los creyentes. Si «unidad» significara identidad absoluta, la comparación sería ilógica cuando se aplica a múltiples creyentes individuales que se vuelven «uno» entre sí y con Cristo. El uso de la relación Padre-Hijo como paradigma refuerza implícitamente la idea de que el modelo mismo involucra a Personas distintas (Padre e Hijo) que son perfectamente «uno» en amor, voluntad y propósito, no idénticos en ser. Esta comprensión se alinea con los roles distintos observados previamente para el Padre y el Hijo en el texto.
IV. Síntesis: Evaluación de la Relación Cristo-Espíritu Santo
La síntesis de la evidencia textual revela una representación consistente de la distinción entre Jesucristo y el Espíritu Santo.
- A. Resumen de Roles Distintos: El sermón asigna roles específicos y en gran medida no superpuestos: Cristo es el Salvador histórico, el Señor ascendido, el Abogado presente ante el Padre y el Ejemplo supremo para los creyentes. El Espíritu Santo es el Poder divino enviado desde el cielo específicamente para la obra interna de conversión, regeneración («corazón nuevo») y santificación, capacitando a los creyentes para vivir en unidad y emular el carácter de Cristo. El Padre es el receptor último de la oración de Cristo y aquel ante quien Cristo aboga.
- B. Acciones y Ubicaciones: Las descripciones de sus acciones y ubicaciones apoyan aún más su distinción. Cristo ora al Padre, asciende al cielo y aboga ante el Padre. El Espíritu Santo es enviado desde el cielo y obra dentro del corazón y la mente del creyente como el «poder convertidor». Estas descripciones son difíciles, si no imposibles, de reconciliar si se aplican a una sola entidad que realiza estas acciones simultáneamente.
- C. Naturaleza de la Conexión: Si bien al Espíritu se le llama la «levadura del espíritu de Jesucristo», esta conexión, como se analizó, apunta a una unidad de propósito, naturaleza y efecto. El Espíritu obra para infundir el carácter y la disposición de Cristo en el creyente, haciendo efectiva en sus vidas la obra redentora y el ejemplo de Cristo. Significa alineación en la misión, no identidad de persona.
- D. Ausencia de Lenguaje de Equiparación: Crucialmente, el texto del sermón no contiene declaraciones que equiparen explícitamente a Jesucristo con el Espíritu Santo. Frases como «Jesús es el Espíritu» o «el Espíritu es Cristo» están ausentes. Todas las descripciones mantienen sus identidades, roles y relaciones distintas dentro del marco presentado.
- E. Coherencia del Marco: Todo el marco funcional de salvación y santificación presentado en el sermón se basa en estas distinciones. La obra completada de Cristo (muerte, resurrección, ascensión) y su ministerio celestial continuo (abogacía) proporcionan la base para la obra subsiguiente de aplicación y empoderamiento del Espíritu Santo dentro del creyente. La secuencia descrita—Cristo asciende, los creyentes necesitan poder, el Espíritu desciende—requiere actores distintos que cumplen diferentes roles en la economía divina. Equiparar a Cristo y al Espíritu colapsaría esta estructura narrativa y crearía contradicciones internas (p. ej., ¿quién es el Abogado ascendido si Cristo es también el Espíritu que está siendo enviado?). La lógica del sermón necesita su distinción para su coherencia teológica.
La siguiente tabla resume los roles y acciones distintos atribuidos al Padre, Hijo y Espíritu Santo dentro del sermón:
| Persona Divina | Descripciones/Títulos Clave | Acciones/Roles Clave | Relaciones Descritas |
|---|---|---|---|
| Padre | Dador (de creyentes a Cristo), Padre Santo | Receptor de la oración de Cristo, Guarda a los creyentes en Su nombre | Uno con el Hijo; Cristo ora a Él |
| Hijo/Jesucristo | Salvador, Abogado, Ejemplo (manso/humilde), Señor Resucitado, Señor Ascendido, Luz/Verdad/Vida, Roca | Ora al Padre, Murió por la unidad, Soportó la cruz, Resucitó, Ascendió, Intercede/Aboga ante el Padre, Da gozo, Da descanso, Llama a la puerta del corazón | Uno con el Padre; Glorificado en los creyentes; Líder |
| Espíritu Santo | Lluvia Tardía, Poder Convertidor, Espíritu de Jesucristo (levadura) | Enviado desde el cielo, Desciende, Afecta el corazón/carácter, Da corazón/mente/voluntad nuevos, Santifica por la verdad, Capacita para la alabanza | Capacita para la semejanza a Cristo; Agente de transformación interna |
Esta comparación resalta las funciones y atributos únicos asignados a cada Persona, reforzando la conclusión de que el sermón los presenta como entidades distintas unidas en propósito.
V. Conclusión
Basado estrictamente en el análisis del texto del sermón «Fruits of Conversion» (1891), se concluye lo siguiente:
El sermón consistentemente presenta a Jesucristo y al Espíritu Santo como entidades distintas dentro de la Deidad, cada uno con roles y funciones específicas en el plan de salvación y santificación.
- Distinción del Padre: El sermón enfatiza la distinción entre Cristo y el Padre, principalmente a través de las oraciones de Cristo al Padre (citando Juan 17), su rol como Abogado ante el Padre, y su ascensión hacia el Padre.
- Roles Diferenciados: A Cristo se le atribuyen los roles de Salvador, Ejemplo, Abogado ascendido e Intercesor. Al Espíritu Santo se le describe como el poder divino enviado del cielo, el agente de la conversión interna («nuevo corazón»), la santificación y el que capacita a los creyentes para vivir en unidad y reflejar el carácter de Cristo.
- Acciones y Origen: Las acciones descritas son distintas: Cristo ora al Padre y asciende al cielo; el Espíritu Santo es «enviado desde el cielo» y obra internamente en el creyente.
- Concepto de «Unidad»: La «unidad» (oneness) mencionada se refiere a la armonía, amor y propósito común (modelada en la unidad Padre-Hijo), no a una identidad ontológica.
- Ausencia de Identificación: En ningún momento el sermón declara explícitamente que Cristo es el Espíritu Santo o viceversa. La frase «espíritu de Jesucristo» se interpreta contextualmente como referencia al carácter o influencia del Espíritu, que produce semejanza a Cristo, no a una identidad de ser.
Por lo tanto, el análisis textual indica que el sermón no apoya la idea de que Cristo es el mismo Espíritu Santo, ni viceversa. En cambio, mantiene una clara distinción entre sus Personas y funciones, aunque enfatiza su unidad de propósito en la obra de redención y santificación del creyente.
Excelente mi hermano muchas bendiciones del cielo para usted
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Amén, gracias por las bendiciones!
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