El incendio en Canadá continúa su incontenible avance

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Fort McMurray, la ciudad más rica de América es arrasada por el fuego.

Podría ser un relato de índole religiosa: Fort McMurray, la ciudad más rica de toda América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego -y, según algunas estimaciones, de la Tierra-, estaba anoche siendo evacuada entera mientras un incendio forestal que ya había arrasado cerca de 900 kilómetros cuadrados de bosque boreal -la llamada taiga- avanzaba por sus calles destruyéndolo todo a su paso. Unas 2.000 viviendas ya han sido destruidas, aunque no ha habido ni un solo herido grave.

«La situación sigue siendo peligrosa e imprevisible» por el viento y las altas temperaturas, «las llamas están fuera de control», ha asegurado este sábado Ralph Goodale, ministro de Seguridad Pública canadiense, en una rueda de prensa televisada. El mismo responsable ha explicado que por el momento no hay indicios de que el fuego haya dañado ninguna estructura petrolífera en la zona.

Desde el inicio del incendio el pasado domingo, unos 1.560 kilómetros cuadradoshan sido arrasados por el fuego, la mitad en las últimas 24 horas. «Existen previsiones que apuntan a que si el incendio sigue avanzando a este ritmo, hoy podría duplicarse» la superficie afectadas. Las autoridades trabajan por extinguir las llamas al tiempo que investigan las causas que provocaron su origen. Con este objetivo, el gobierno de la provincia de Alberta ha contratado un servicio de drones que sobrevuelen la zona para tratar de captar alguna pista que aporte algún dato revelador.

La mayor parte de los aproximadamente 100.000 habitantes de la que se llama coloquialmente ‘Fort Mac’ ya han salido. Unos 70.000 se han ido a través de la única carretera que conecta la ciudad con el resto del mundo: la Autopista 63, que cubre los 425 kilómetros que la separan de la capital de la provincia canadiense de Alberta, Edmonton.

Otros 5.000 iban a ser evacuados por vía aérea, y 25.000 más habían huido hacia el norte, sobre todo después de que el martes el fuego cortara durante horas la Autopista 63. En esa dirección, rumbo a los Territorios del Noroeste y a Saskatchewan, no hay carreteras asfaltadas sino sólo pistas que cruzan las turberas, es decir, la inmensa marisma que es el suelo de la taiga.

Las turberas son la razón de ser de Fort McMurray. En este suelo pantanoso están las ‘arenas bituminosas de Alberta’, un tipo de petróleo pesado que impregna el suelo. Uno se va a dar una vuelta por el bosque al Norte de la ciudad y se da cuenta de que la tierra es negra, como si la hubieran tiznado de betún. Y así es. Pero ese betún es natural.

A principios de la década pasada, la subida imparable de la demanda china y estadounidense hizo que la extracción de ‘las arenas de Alberta’ pasara a ser rentable. De pronto, resultó que ‘Fort Mac’ no estaba construida sobre una selva pantanosa de abedules y coníferas poblada por osos, lobos y alces (y, más al norte, bisontes), sino encima de, como mínimo,173.000 millones de barriles. O sea, más que todas las reservas de ‘petroestados’ como Irán, Irak, o Kuwait.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2016/05/07/572dda7de5fdeab93f8b45c5.html

 

 

 

 

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