La Biblia lo anticipó…
Científicamente es imposible predecir un terremoto en la Tierra. Ni con los avances tecnológicos más recientes se ha podido determinar cuándo llegará uno de estos destructivos fenómenos naturales y cuál será su intensidad
Sin embargo, un estudio presentado para la Geological Society of América, generó mucha controversia en la comunidad científica, al señalar que para el año 2018 comenzará un ciclo de aproximadamente 5 años en que aumentará de manera considerable la cantidad e intensidad de los sismos.
Mucha gente no se interesa por la profecía bíblica, aunque debería interesarse, porque los acontecimientos que se avecinan afectarán su vida, la de su familia, su empleo y su futuro. Hay un Dios en los cielos que inspiró las palabras de la Biblia; y todas las profecías consignadas en ella tendrán un cumplimiento seguro. Debemos creer que lo que Dios ha dicho se cumplirá. Es hora de despertar.
Dios predice en su palabra que los terremotos y otras catástrofes naturales irán en aumento. Jesucristo advirtió que antes de su regreso habría “terremotos en diferentes lugares” (Marcos 13:8, Mateo 24:7). El público sabe muy bien que en los últimos años ha aumentado la frecuencia de los terremotos, a veces en los lugares más inesperados. Esta tendencia va a continuar porque así lo indica la Biblia. Jesucristo lo predijo, y es por lo tanto, lo que debemos esperar. Debemos velar y estar atentos al número y a la magnitud de los terremotos, porque irán en aumento y serán cada vez más devastadores.
Sin embargo algunos dirán: “pero siempre ha habido terremotos”. ¡Desde luego que los ha habido! No obstante, cuando Jesús dijo que “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mateo 24:7), estaba hablando de la frecuencia y potencia poco común de los terremotos que habrían de ocurrir. Es evidente que eso es precisamente lo que ha sucedido en los últimos años.
En Isaías 29:6 dice la palabra de Dios con respecto a Jerusalén: “Por el Eterno de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor”. Y Dios afirmó: “Yo el Eterno no cambio” (Malaquías 3:6). Dios castigó a la antigua Jerusalén con terremotos y tempestades. Ahora está empezando a castigar a ciertas naciones modernas en la misma forma.
Debemos apersivirnos a los tiempos tenemos profetas de Dios en estos tiempos y nos lo están advirtiendo.
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