En todo tiempo el mismo espíritu de odio y de oposición a la verdad inspiró a los enemigos de Dios, y los siervos de él necesitaron la misma vigilancia y fidelidad. Las palabras de Cristo a sus primeros discípulos se aplicarán a cuantos le sigan, hasta el fin de los tiempos: “Y lo que os digo a vosotros, a todos lo digo: ¡Velad!” Marcos 13:37 (VM). CS 54.1
Las persecuciones que por muchos siglos cayeron sobre esta gente temerosa de Dios fueron soportadas por ella con una paciencia y constancia que honraban a su Redentor. No obstante las cruzadas lanzadas contra ellos y la inhumana matanza a que fueron entregados, siguieron enviando a sus misioneros a diseminar la preciosa verdad. Se los buscaba para darles muerte; y con todo, su sangre regó la semilla sembrada, que no dejó de dar fruto. De esta manera fueron los valdenses testigos de Dios siglos antes del nacimiento de Lutero. Esparcidos por muchas tierras, arrojaron la semilla de la Reforma que brotó en tiempo de Wiclef, se desarrolló y echó raíces en días de Lutero, para seguir creciendo hasta el fin de los tiempos mediante el esfuerzo de todos cuantos estén listos para sufrirlo todo “a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús”. Apocalipsis 1:9 (VM). CS 74.1
Era muy precioso el mensaje que Lutero daba a las ansiosas muchedumbres que pendían de sus palabras. Nunca antes habían oído tan hermosas enseñanzas. Las buenas nuevas de un amante Salvador, la seguridad del perdón y de la paz por medio de su sangre expiatoria, regocijaban los corazones e inspiraban en todos una esperanza de vida inmortal. Encendióse así en Wittenberg una luz cuyos rayos iban a esparcirse por todas partes del mundo y que aumentaría en esplendor hasta el fin de los tiempos. CS 119.1
Los agentes de Satanás obran continuamente bajo su dirección para establecer su autoridad y para fortalecer su reino en oposición al gobierno de Dios. Con tal fin tratan de seducir a los discípulos de Cristo y retraerlos de la obediencia. Como su jefe, tuercen y pervierten las Escrituras para conseguir su objeto. Así como Satanás trató de acusar a Dios, sus agentes tratan de vituperar al pueblo de Dios. El espíritu que mató a Cristo mueve a los malos a destruir a sus discípulos. Pero ya lo había predicho la primera profecía: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya”. Y así acontecerá hasta el fin de los tiempos. CS 497.2
Mientras estaba así desalentada tuve un sueño que me impresionó profundamente. Soñé que veía un templo al cual acudían muchas personas, y tan sólo los que se refugiaban en él podían ser salvos al fin de los tiempos, pues todos los que se quedaban fuera del templo se perderían para siempre. Las muchedumbres que en las afueras del templo iban por diferentes caminos se burlaban de los que entraban en él y los ridiculizaban, diciéndoles que aquel plan de salvación era un artero engaño, pues en realidad no había peligro alguno que evitar. Además, detenían a algunos para impedirles que entraran en el templo. NB 37.2
En visión profética, la Sra. de White fué trasladada al fin de los tiempos y vió que, por su actitud hacia la verdad del sábado, los hombres demostrarán si deciden servir a Dios o a una potencia apóstata. En 1874, ella escribió: “Creí la verdad acerca del sábado antes de haber visto cosa alguna en visión con referencia al día de reposo. Después que comencé a observar el sábado transcurrieron meses antes que se me mostrase su importancia y su lugar en el mensaje del tercer ángel.”—E. G. de W., carta 2, 1874. PE XX.2
Editado por: Freddy Silva