Aquí vemos actuar a Satanás para hacer perder la atención del verdadero mensaje. Conozca cómo actúa el demonio en tu iglesia.
Mar 1:21 Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba.
Mar 1:22 Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mar 1:23 Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces,
Dio voces
Esto ocurrió cuando Jesús estaba hablando de su misión de liberar a los que eran esclavos del pecado y de Satanás (ver MC 60; cf. com. Luc_4:18). En este caso, una vez más Cristo se encontró frente a frente con el enemigo a quien había derrotado en el desierto de la tentación (DTG 221). Los presentes estaban escuchando con suma atención el mensaje que daba Cristo, y en esta forma Satanás quiso desviar la atención de la gente de la verdad que estaba hallando terreno fértil, por lo menos en algunos corazones.
Mar 1:24 diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.
[Mar_1:24] ¿Qué tienes con nosotros?
Literalmente, “¿qué a nosotros y a ti?” Este modismo, típicamente hebreo (ver Jueces_11:12; 2Sa_16:10), aparece en la LXX virtualmente en la misma forma en que está aquí. Significa, ¿qué tenemos en común? “Posteriormente los endemoniados gadarenos usaron las mismas palabras (Mat_8:29; cf. com. Juan_2:4). Según Mar_1:23, Mar_1:25-26, parece que sólo un espíritu malo se había posesionado del hombre. El pronombre en plural en este versículo quizá aluda a todos los demonios en general, con cuya categoría se identificó este mal espíritu particular.
Jesús
Los demonios que estaban en posesión de seres humanos generalmente confesaban que Jesús era el Hijo de Dios (Mar_3:11-12; Mar_5:7). Según Santiago, “también los demonios creen, y tiemblan” (Jam_2:19), y su conocimiento de la voluntad y de los propósitos de Dios debe de exceder en mucho al de los hombres.
Destruimos
Sin duda, este demonio anticipaba con terror el gran día del juicio de Dios (ver Eze_28:16-19; Mat_8:29). Indudablemente, sabía del “fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mat_25:41), y temía que Cristo estuviera por ejecutar un castigo divino sobre él (ver 2Pe_2:4; Jud_1:6).
Santo de Dios
El espíritu malo reconoció en Jesús a Aquel que tenía una estrecha relación con Dios. Otras veces los demonios llamaron a Jesús el “Hijo de Dios” (Mat_8:29; Luc_8:28), precisamente el título que indujo a los dirigentes judíos a desear matarlo (Juan_5:17-18) y finalmente a condenarlo (Mat_26:63-68; cf. Juan_10:30-36).
Mar 1:25 Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él!
Mar 1:26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él.
[Mar_1:25] Reprendió
Gr. epitimáo; en el NT, “imputar con una falta”, “increpar”, “amonestar”, “censurar”. Aunque, Jesús “reprendió” al espíritu inmundo, sin embargo no lanzó un “juicio de maldición” sobre él (Jud_1:9). El reproche parece haberse debido a que el espíritu lo llamaba el Mesías. Bien sabía Jesús que exponer públicamente su mesianismo en ese momento tan sólo despertaría en muchos prejuicios contra él. Además, la turbulenta situación política de Palestina produjo muchos falsos mesías que se propusieron acaudillar a sus compatriotas en una rebelión contra Roma (ver Act_5:36-37; cf. DTG 22, 681), y Jesús procuraba evitar ser considerado como un mesías político en el sentido popular. Esto habría enceguecido a la gente en cuanto a la verdadera naturaleza de su misión y hubiera dado a las autoridades un pretexto para poner fin a sus actividades.
Otra razón por la cual Jesús evitaba ser aclamado como el Mesías era que deseaba que los hombres lo reconocieran como tal mediante un conocimiento personal: observando su vida perfecta, escuchando sus palabras de verdad, presenciando sus extraordinarias obras y reconociendo en todo eso el cumplimiento de profecías del AT. Evidentemente, tenía en cuenta esto cuando respondió a los discípulos de Juan el Bautista en la forma en que lo hizo (Mat_11:2-6).
Mar 1:27 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?
Mar 1:28 Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
[Mar_1:27] Con autoridad
Jesús no sólo predicaba con autoridad (Mat_7:29; Mar_1:22), sino que también actuaba con autoridad. Los exorcistas judíos se valían de encantamientos, hechizos y otros procedimientos propios de la superstición en su esfuerzo por expulsar malos espíritus. Jesús hablaba una sola palabra, y los demonios salían inmediatamente. Los espíritus, tanto como los hombres, reconocían la autoridad del Hijo de Dios.
La curación del hijo del noble había conmovido la ciudad de Capernaúm (ver com. Juan_4:53). Ahora sus habitantes fueron testigos de una manifestación aun mayor del poder de Dios.
[Mar_1:28] Fama
Gr. akoé, “lo que es oído”. Esta palabra se parece mucho en su significado a nuestros términos “informe”, “noticia”. Rápidamente Jesús llegó a ser un personaje bien conocido en Galilea (cf. Luc_4:14-15, Luc_4:37; Luc_5:15, Luc_5:17).
