Por Frank González
Roma, 16 feb (PL) Casi seis meses después de iniciado el análisis en el parlamento italiano de la propuesta de apertura controlada de los establecimientos comerciales los domingos y días festivos, el proyecto está hoy en el punto de partida.
El objetivo de la disposición adoptada según recetas del más puro liberalismo fue restablecer el equilibrio de las finanzas públicas, severamente afectadas por la crisis económica, con el supuesto de que la eliminación de las restricciones sobre la competencia reactivaría la economía.
La revisión de esa norma fue una de los temas de las respectivas campañas de la Liga y el M5E en camino hacia los comicios legislativos del 4 de marzo de 2018, en los cuales resultaron los contendientes más votados.
La crítica, desde el punto de vista económico, se basa en que la liberalización no logró el efecto deseado y en cambio creó una competencia desleal entre los grandes negocios y los más pequeños, con menos recursos para cubrir sus operaciones en jornadas de menor actividad, comparadas con las del resto de la semana.
A ese argumento se unió otro de corte social, centrado en la necesidad de brindar a los trabajadores un día libre para el descanso o la realización de cualquier otra actividad, incluyendo la atención a la familia.
Aunque puede parecer un problema simple, cuya solución depende de un decreto que derogue la ley anterior y establezca una nueva, en la práctica no resulta así debido a una multiplicidad de factores y actores con sus propios intereses y motivaciones, en contextos y categorías ocupacionales diferentes.
El M5E y la Liga cuentan con la mayoría para aprobar el proyecto en ambas cámaras del parlamento, pero su impacto dependerá, en gran medida, del consenso que se logre para su puesta en práctica, tratando de aproximar las posiciones de los trabajadores, los propietarios de los grandes negocios y los consumidores.
La principal oposición a la iniciativa proviene de la Gran Distribución Organizada (GDO), sistema que agrupa a una vasta red de supermercados, cuyo presidente, Claudio Gradara, argumenta que el domingo es el segundo día más importante de ventas en la semana y calcula que serán entre 30 y 40 mil los puestos de trabajo amenazados.
En entrevista publicada por el diario Corriere della Sera en septiembre del año pasado, cuando comenzó el análisis sobre el proyecto en el legislativo, Gradara vaticinó que ‘cerrar los domingos haría crecer aún más el comercio en línea’, un sector que, precisó, ‘tiene grandes ventajas respecto a la red física de ventas’.
Ante el hecho de que una de los aspectos en discusión es regular también el comercio por Internet, el presidente de GDO dijo que es una señal positiva, pero ‘más allá de los anuncios, desde el punto de vista técnico me parece difícil de realizar’.
Las cifras manejadas por Gradara sobre la afluencia del público los domingos, difieren de las aportadas en una audiencia parlamentaria, también en septiembre de 2018, por Roberto Monducci, jefe de departamento en el Instituto Nacional de Estadísticas, quien aseguró que ese es el día de menor concurrencia de la semana.
De acuerdo con Monducci, entre noviembre 2013 y octubre 2014, sólo el 24,2 por ciento de los residentes en Italia mayores de 15 años adquirieron algún bien o servicio en la jornada dominical, nivel inferior al del resto de los días de la semana, mientras que los más concurridos fueron los sábados con 51,9 por ciento.
Según el diputado por la Liga y ponente del proyecto, Andrea Dara, como consecuencia de las modificaciones introducidas al documento original durante el proceso de consultas a nivel de comisión, surgió un texto diferente, por lo que será necesario efectuar nuevas audiencias.
Así lo confirmó la presidenta de la comisión de Actividades Productivas de la cámara baja, la también integrante de la Liga, Barbara Santamartini, quien en declaraciones al diario La Repubblica se refirió a la importancia de entender cuál será el impacto de la disposición en los territorios.
La legisladora indicó que la propuesta compartida por el M5E y la Liga prevé hasta un máximo de 30 aperturas, 26 domingos y cuatro días festivos, en el año, lo cual considera ‘un paso de avance político’ a partir del cual espera que tras el trabajo en la comisión se llegue al pleno de la Cámara de Diputados con un apoyo más amplio.
Fuente: https://www.prensa-latina.cu