Las leyes dominicales son conocidas dentro de la legislación de Estados Unidos como Blue Laws (Leyes Azules), y probablemente dejen ese nombre así, porque razonando que aunque tenían un origen religioso, podían justificarse por objetivos seculares legítimos, como proporcionar un día uniforme de descanso para todos los ciudadanos y mejorar así el bienestar general. Mientras la expresión “ley dominical” deja explícito el fundamento religioso (el domingo como día de precepto), la jurisprudencia moderna ha preferido defender las “leyes azules” con argumentos seculares (salud pública, ocio familiar, etc.) para evitar conflictos con la Primera Enmienda, los adventista ya saben cual será la consecuencia de eso.