Testimonio en la Iglesia Católica de Villarica

Buen día hermano querido. No se su nombre, pero veo que está pidiendo testimonio de adventistas poderosos. Déjeme presentarme, me llamo Javier Alfonso, tengo 35 años y pertenezco a la iglesia adventista de Villa Elisa, Paraguay. Prometí a Dios que el testimonio que le voy a contar, lo iba a decir en todas las iglesias que me toque predicar y así lo estoy haciendo, ayúdeme en esta tarea.

Era el 6 de noviembre del año 2015, había orado muchísimo para que mi mamá se convierta, ya que sólo ella era capaz de arrastrar a la familia entera (era lo que pensaba). Siempre digo esto: «para que venga Jesús falta todavía tiempo ya que no estamos predicando el evangelio por todo el mundo, pero hay un tiempo más corto que es la vida del ser humano».

A mi mamá le había agarrado el cáncer, quería verla bautizada, pero el tiempo se me acababa, no por la venida de Jesús, sino porque su vida se apagaba. Ya en sus últimos días fui a hablarle una vez más. Me arrodillé al lado de su cama y le dije que si se entregaba a Jesús, Él hasta podría curarle. Hermano, jamás sentí haber tenido una oración tan sincera y ferviente que esa, pedía a Dios que le sane a mi mamá porque quería verla entregarle su vida a Él. Esa oración derramó lágrimas mías, de mi esposa que estaba a mi lado, de mi papá y mi mamá, puse mi mano sobre el área afectada por el cáncer (estómago), y pude sentir cómo esa enfermedad consumía sus entrañas. Volví a la ciudad donde vivo yo, y le dejé a mi mamá con esa oración, ella no podía comer nada, y dije dentro mío, como puedo yo disfrutar de alimento cuando sé que ella no puede probar bocado, así que le dije a Dios que iba a hacer un ayuno de 7 días, y así lo hice.

Ayuno y oración por la recuperación y conversión de mamá.

No pude comunicarme con ella esa semana, sólo mi papá me dijo que ya estaba comiendo (el milagro empieza pensaba yo), pero el viernes me llaman de casa diciéndome que mamá ya se moría, fui ese mismo día, tenía una fe enorme de que mamá en un instante iba a ser sanada y que mi familia conocería a mi Dios, incluso mi esposa soñó que eso pasó. Llegué y mi mamá ya estaba inconciente, oré en mi habitación, le impuse las manos otra vez y oré. La gente «rezaba» y hasta le pedían a Dios que se muera ya para que no sufra. Fueron los peores momentos de mi vida, ver a una persona que tanto amas, infarto tras infartos, verla sufrir así, agonizando, es inexplicable. Yo seguía con mi fe de que mi mamá se iba a levantar. Terminó el ayuno de 7 días y mi mamá murió. Siempre digo que cualquiera en mi lugar dejaría todo. Como nunca tuve fe en un milagro y la confianza en mi Dios de que mi mamá se iba a sanar, pero no fue así.

El testimonio

Pero el Espíritu Santo nunca me abandonó, acepté la voluntad de Dios, fui al velorio, y a la misa que hicieron por ella. El sacerdote hablaba de purgatorio y veía el dolor de mi papá al saber que mamá, después de 7 años de sufrimiento y 3 días de agonía había muerto. El sacerdote que fue a consolar a la familia decía que mamá iba al purgatorio a esperar que alguien le rescate. Luego el micrófono quedó abierto para que la gente se despida, hablaron sus amigos, compañeros y de parte de mi familia habló mi hermano. Pero el micrófono estaba ahí, y Dios me empujó, fui y lo primero que dije fue: ningún purgatorio! Eso no existe..! Y con la biblia de testigo hablé a toda la catedral católica de la ciudad de villarrica (aproximadamente 150 personas, la mayoría parientes) sobre el estado de los muertos. Yo no podía permitir mi hermano, que ese sacerdote le saque la esperanza a mi familia!. Luego les hablé de la segunda venida de Cristo y les dije que ahí mamá iba a resucitar y que yo le iba a contar que la gente le amaba ya que en su funeral la iglesia estaba repleta. Pero les dije: «aunque yo no le quiero contar eso a mi mamá, más bien le quiero mostrar a todas las personas que estuvieron, ese día le quiero mostrar a todos ustedes, pero para eso ustedes deben aceptarle a Jesús, así que si quieren conocerlo verdaderamente pónganse de pié y hagan conmigo una oración». Hermano, toda la iglesia estuvo de pié aceptando a Jesús!!! Al salir de la iglesia la gente no me daba los pésames, más bien me preguntaban: ¿dónde queda tu iglesia?. Pero yo estaba preocupado por algo que dije, que mamá estaría ahí cuando Jesús vuelva, condicionando la voluntad de Dios. Decía dentro mío: ¿será que por un momento no hablé las palabras de Dios y hablé las mías?. Me atormentaba, y en eso recibo la llamada del anciano de mi iglesia, se disculpó por no llamarme antes y me dijo que se pasó orando para que Dios le de unos minutos de conciencia para que ella le acepte a Jesús. Me dijo la hora en que estuvo orando, fue la misma hora en que mamá en su agonía dijo mi nombre. Al llegar a casa, toda mi familia se sentó alrededor mío a escuchar la palabra de Dios, yo pensaba erróneamente, como le dije al principio, que mamá llevaría a mi familia a la conversión, no fue así; fue Dios mismo a través de su palabra en su funeral, conmigo usándome como su instrumento el que le despertó, no solo a mi familia, sino a toda la iglesia católica de Villarica. No se hermano si mi mamá estará en la segunda venida de nuestro Señor, La hermana Elena White dice que veremos sorpresas, nada me quita esa esperanza de que ella puede ser una de esas sorpresas, pero lo que más agradezco a Dios es que mi fe no tambaleó en el momento de su muerte, y me mostró que con su muerte mi familia estuvo con el corazón más preparado para escuchar su palabra.

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