Sobre el estudio del libro del Apocalipsis

Inicialmente, se debe advertir que la Escritura Bíblica es armónica en sus textos y sin contradicción alguna, a su vez, es exégeta e intérprete de su propio contenido y siempre bajo el principio de la Sola Escriptura, es decir, con la Biblia y solamente la Biblia. Luego, que existan algunos sanos comentarios para ampliar el sentido propio de su entendimiento e inteligencia, resulta muy provechoso para todo estudiante e investigador bíblico y sobre esto, no descuidando de ninguna forma la pureza del evangelio eterno y sin tergiversar la Santa Palabra del Señor, recordando el sagrado mandato de no añadir ni disminuir la Escritura porque la Palabra de nuestro Señor y Dios es eterna y es una sola, sin cambiar de forma alguna (leer: Deuteronomio 4:2; Malaquías 3:6; Mateo 24:35; Hebreos 13:8; y Apocalipsis 22:18-19).

Seguidamente a este corto preámbulo comenzamos este estudio al inicio del libro del Apocalipsis.

Luego de varios años de estudio sobre el libro del Apocalipsis y escuchando algunas experiencias, se permite percibir y oír a ciertos predicadores que se inician abordando el estudio sobre las bestias que aparecen en los capítulos 12, 13 y 17 y sobre lo cual, con mucho respeto, se considera un error frente a un auditorio o feligresía que desconoce o pudiera tener poco conocimiento sobre el tema al comenzar el estudio del libro del Apocalipsis con las bestias. Considera quien escribe que ni siquiera es conveniente iniciarse con el estudio de las iglesias de los capítulos 2 y 3.
Por ello, se recomienda comenzar por el principio, es decir, con los versículos 1, 2 y 3 del capítulo 1.

En este sentido, hay que leer y estudiar la escritura del versículo 1:

PRIMERO:

Inicialmente, en la lectura de este versículo 1 se debiera estudiar determinando cuántas personas están referidas en esa escritura.

  • Primeramente está la persona de nuestro Señor JESUCRISTO.
  • Seguidamente aparece nuestro DIOS, EL PADRE.
  • A continuación están LOS SIERVOS.
  • De cuarto está el ÁNGEL.
  • Finalmente está el anciano JUAN en la tierra.

En este primer versículo encontramos 5 personas.

 

SEGUNDO:

El contenido de este primer versículo es un mensaje entregado por nuestro Señor DIOS PADRE a nuestro Señor  JESUCRISTO, quien a su vez REVELA EL MENSAJE para los SIERVOS sobre LAS COSAS QUE DEBEN SUCEDER PRESTO, DECLARANDOLA por intermedio de su ÁNGEL a su siervo JUAN.

 

TERCERO:

En este sentido se debe explorar un poco para identificar quienes son los SIERVOS.
En efecto de lo cual, se recomienda estudiar la lectura del versículo 16 del capítulo 22, el cual refiere, que este mensaje del Apocalipsis está dirigido a las IGLESIAS.

 

Se pregunta: ¿Cuáles Iglesias?

RESPUESTA:

Los versículos 4 y 11 del capítulo 1, nos dice que son las 7 IGLESIAS de los capítulos 1, 2 y 3; y estas IGLESIAS son los SIERVOS.

 

CUARTO:

Aun falta por identificar el otro personaje, quien es el ÁNGEL.

SE PREGUNTA: ¿Quién es ese ÁNGEL?

Hay un respetable criterio, no compartido por quien escribe, sobre algunos predicadores que manifiestan que ese ÁNGEL son los pastores de las Iglesias, es decir, seres humanos en esta tierra. Con mucho respeto, se considera que esta interpretación es un error de interpretación.

Sobre esta afirmación, se aplica uno de los métodos utilizado por quien escribe para interpretar el libro del  Apocalipsis, cual se expone de la siguiente forma:

Eventos en el cielo y eventos en la tierra. Estos eventos hay que  describirlos como eventos del pasado,  como eventos del presente o como eventos del futuro.
Luego, se pregunta:

¿Cuando fue entregado el mensaje de la revelación de nuestro DIOS PADRE  a nuestro SEÑOR JESUCRISTO?

RESPUESTA:

Este mensaje debió ser entregado en el cielo en tiempo pasado y esto, para cuando el SEÑOR JESUCRISTO había subido al cielo después de su sacrificio en la cruz y entronizado a la derecha del trono del PADRE, y a su vez, ungido  como SUMO SACERDOTE en el templo del cielo  (leer capítulo 8 del libro a los Hebreos).

En este espacio se recomienda leer el libro de Éxodo a partir del capítulo 25 en adelante.

Seguidamente se pregunta:

¿Cuándo se le entregó el mensaje al ÁNGEL?

Y ¿cuando se les entregó a los SIERVOS, es decir a las IGLESIAS?

RESPUESTA:

Precisar el momento exacto, no lo refleja la Biblia. Pero si se conoce que fue entregado por nuestro SEÑOR JESUCRISTO al ÁNGEL, para cuando ejercía el sagrado oficio de SUMO SACERDOTE en el Templo del cielo.

Y luego el ÁNGEL lo entrega a JUAN el anciano, para cuando estaba exiliado y detenido en la Isla de Patmos  (leer versículo 9 del capítulo 1).

Ahora ¿cuándo lo entrega JUAN a las Iglesias?

RESPUESTA:

JUAN el anciano entrega el mensaje a los SIERVOS o Iglesias para cuando escribió y publicó el libro del Apocalipsis.

Esto es aproximadamente en el año 90 del siglo primero de la era cristiana, un poco más o un poco menos.

Recuérdese, que hoy estamos viviendo en el siglo 21, es decir, han transcurrido más de 19 siglos. Por lo tanto, no es congruente la creencia que ese ÁNGEL puedan ser los pastores de las Iglesias, porque primeramente, es un (1) solo ÁNGEL y no varios ángeles.

Seguidamente, ese acto de la entrega de la revelación al ÁNGEL fue realizado en el cielo para el tiempo del primer siglo de la era cristiana; además, los pastores como tales son seres humanos que alguna vez pecaron, que están en la tierra y que no pueden ver al Señor en su trono porque morirían (leer Éxodo 33: 20).

Este previo planteamiento es sin olvidar la pregunta de quién es el ÁNGEL. Por lo que debe continuarse en procura de su identificación. En este sentido hay recordar que el mensaje revelado es aquel que nuestro Señor DIOS EL PADRE le entregó al Señor JESUCRISTO para luego entregarlo al ÁNGEL. Es decir, son actos del pasado, realizados en el 1er siglo de la era cristiana, pero en el cielo.
Seguidamente, se pregunta:

¿Quién es ese Ángel que recibió la revelación de nuestro SEÑOR JESUCRISTO en el cielo?

RESPUESTA:

El Evangelio de JUAN nos lo dice (capítulo 16, versos 5 al 15):
Es el CONSOLADOR, El ESPÍRITU DE VERDAD, es el que hará saber, lo que le dice el SEÑOR JESUCRISTO, para llevarlo a sus SIERVOS, a su Iglesia, es el ESPÍRITU SANTO, no hay otro.

Ese ÁNGEL es el ESPÍRITU SANTO.

Dicho en otras palabras: Este versículo 1 del capítulo 1 del libro del Apocalipsis, nos señalan a las 3 personas de la Deidad: DIOS EL PADRE, EL SEÑOR JESUCRISTO y EL ESPÍRITU SANTO.

QUINTO:

Continuando, se debe responder la siguiente pregunta:

¿CUÁLES SON LAS COSAS QUE DEBEN SUCEDER PRESTO?

RESPUESTA:

Por supuesto, “las cosas que deben suceder presto”, son aquellos eventos que tienen un sentido de inmediatez, de pronto cumplimiento. Porque la palabra “PRESTO”  (leer Apoc. 22:7) es un adjetivo de tiempo, que significa rapidez en su cumplimiento, prontitud en su acontecimiento. Es decir, que los eventos y relatos del libro del Apocalipsis, además de contener simbolismos o alegorías, son eventos ESCATOLOGICOS  que se deben estudiar como eventos del fin del tiempo de este mundo de pecado y representan realidades por acontecer con inmediatez.

En este sentido, la gran misericordia del SEÑOR NUESTRO DIOS PADRE, le manifiesta a su pueblo (Iglesia) los eventos finales con el propósito de su preparación espiritual. Es decir, ES EL ÚLTIMO LLAMADO MISERICORDIOSO A UN MUNDO QUE PERECE.

Claro está, que muchos NO lo entenderán, por 2 razones:

A.-  Porque los impíos no entenderán, pues solamente los entendidos  entenderán (leer Daniel 12:10).

B.- Muchos del pueblo del Señor serán talados porque les falta sabiduría (leer Oseas  4:6)  y los entendidos y obedientes, que escudriñan la Palabra  de DIOS, son aquellos que únicamente  entenderán el texto del libro del Apocalipsis, como ultimo llamado de misericordia de NUESTRO DIOS y SEÑOR.

Por lo tanto, todo esto es contenido del versículo 1 del capítulo 1 del libro de Apocalipsis.

SEXTO:

El versículo 2 es una continuación del versículo 1, donde el anciano JUAN  confirma y certifica la veracidad de la Palabra de DIOS EL PADRE,  de la Palabra del SEÑOR JESUCRISTO y a su vez, confirma todas las cosas que ha visto.

Es decir, que el anciano JUAN da testimonio de la veracidad y certeza de la escritura del libro del APOCALIPSIS, el cual es un EXORDIO manifestado por DIOS EL PADRE, a sus siervos (Iglesia), trasmitido por medio del SEÑOR JESUCRISTO al  ESPIRITU SANTO (leer Apocalipsis 22:6).

SÉPTIMO:

Con respecto al versículo 3 del capítulo primero del Apocalipsis, algunas versiones bíblicas, en su inicio, utilizan las palabras  DICHOSOS,  BENDITOS o BIENAVENTURADOS.  En este sentido los tres vocablos son congruentes al contenido y contexto del mensaje de este tercer versículo, porque expresan no tan solo dicha, felicidad y gozo,  sino bienaventuranzas impartidas celestialmente, por nuestro DIOS PADRE, que se imparten a todos aquellos que leen y los que oyen y guardan las cosas en ellas escritas sobre toda la profecía del libro del APOCALIPSIS (leer Apocalipsis 22:7), como eventos por acontecer en el tiempo del fin de este mundo que perece por causa del pecado.

Aunque es importante referir que en este texto apocalíptico se señalan algunos eventos históricos, como antecedente de las cosas futuras.

Es de entenderse que al Señor de los cielos le ha placido revelar el fin por acontecer a sus hijos, a su pueblo o siervos (leer Deuteronomio 18:15 y Amós 3:7). Por supuesto que no tan solo es una gran bienaventuranza el conocer el final de este mundo de pecado, sino el de alcanzar discernimiento sobre la gran misericordia de nuestro SANTO PADRE para que sus hijos preparen su espiritualidad en santidad para así, ser arrebatados hacia las nubes al momento de la llegada de nuestro REY y SEÑOR de señores, JESUCRISTO (leer 1° Tesalonicenses 4:13 al 18) y así, comenzar nuestra vida eterna en los atrios celestiales.

OCTAVO:

Luego de explicar el contenido y alcance de la bienaventuranza del versículo 3, se continúa con unas condiciones o requerimientos para alcanzar la bendición de las bienaventuranzas que Dios, nuestro Padre, imparte a todas aquellas personas que leen, oyen y guardan las cosas escritas en la profecía (escatológica) del libro del Apocalipsis.

En efecto, nuestro ÁNGEL, el ESPÍRITU SANTO, nos dice: “bienaventurado el que lee y los que oyen y guardan las cosas escritas en la profecía del mensaje entregado por nuestro DIOS, EL PADRE, es decir: ES PALABRA APOCALIPTICA DE NUESTRO SEÑOR Y DIOS PADRE.

Sobre los que leen, es necesario entender las exhortaciones expresados en la Biblia donde se registra la necesidad de leer la Santa Escritura, por ejemplo:

El evangelista Lucas (10:25 al 28) registra la experiencia de un Doctor de Ley dirigiéndose al Señor Jesucristo para tentarlo, le preguntó: “Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?” El Maestro le respondió: “Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? A lo que el Doctor de la ley respondió: “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma y de toda tus fuerzas y de todo tu entendimiento; y amar a tu prójimo como a ti mismo (leer Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18). El Señor Jesucristo le dijo: “bien has respondido: haz esto y vivirás”. En este sentido, podrás vivir en la vida eterna.

El evangelista Juan en su escritura (Juan 5:39) nos señala Palabras del Señor Jesucristo cuando nos exhorta a escudriñar las escrituras porque en ellas tenemos la vida eterna y ellas son las que dan testimonio del Señor Jesucristo. Escudriñar, en el sentido de leer, estudiar e investigar la escritura bíblica.

Al no leerse las Santas Escrituras, el profeta Oseas (4:6) escribió que el pueblo de Israel se había perdido por falta de conocimiento, es decir, que era un pueblo que no leía las Santas Escrituras y por eso, se perdió.

Seguidamente, nos referimos a todos aquellos que oyen las palabras de esta profecía y guardan las cosas en ellas escritas porque el tiempo está cerca.

El sentido de oír y de guardar las cosas escritas en la profecía, necesariamente implica dar suma atención no tan solo en el oír la Palabra de Dios, sino también el de guardar, cumplir, practicar y obedecer las cosas en ellas escritas sobre el mensaje dado por nuestro Padre celestial y ser llevado a sus siervos, su iglesia.

Dicho en otras palabras, los siervos, el pueblo del Señor, deben conocer el mensaje del libro del Apocalipsis no tan solo para su preparación espiritual en santidad, sino el de llevar estas verdades a otros para que igualmente puedan ser salvo y vivir eternamente (leer Mateo 28:18 al 20; 24:14 y Apocalipsis 10:11).

El mensaje dado por nuestro Padre celestial es para ser llevado a la iglesia, por mandato de nuestro Padre celestial, el cual contiene, entre otros, preparación de las iglesias (cap. 2 y 3); canticos, coros y música celestial (entre otros 5:9; 7:10; 8:1); el juicio a la iglesia (cap. 4); la apertura del libro sellado y los 7 sellos (cap. 5); selección de los 144 mil (cap. 7); apertura de los 7 sellos (cap. 6 y 8); la Batalla del Armagedón (16:16); el fin del tiempo de gracia (cap. 8:1 y 15:8); anuncio por las trompetas de las 7 plagas (cap. 8:6 en adelante, hasta el 9:21; 10:7; y 11:15 al 19); apertura del librito sellado (10:1-11); el juicio sobre el templo de Dios en la tierra, su altar y a los que adoran en él (cap. 11:1 al 14); identificación de la cuarta Bestia de la profecía de Daniel y de la segunda Bestia, persiguiendo a la iglesia del Señor e imponiendo su marca (cap. 12 y 13); misión de los 144 mil, el mensaje de los 3 Ángeles y la segunda venida del Señor Jesucristo (cap. 14); vencedores sobre la Bestia, cántico de Moisés, apertura del Templo en el cielo y salida de los 7 ángeles con las 7 copas de las plagas que contienen la ira de Dios (cap. 15 y 16); identificación de la Gran Ramera y su juicio (17 y 18); último llamado misericordioso del Señor a su pueblo para salir de la condenada Babilonia (cap. 18:1-5); la venida del Rey de reyes y rescate de su pueblo redimido (cap. 19); el milenio y el juicio de los impenitentes por los redimidos (cap. 20); cielos y tierra nuevas (cap. 21); río limpio con agua de vida y sus mandatos para predicar el mensaje del Apocalipsis, mandatos del Señor Jesucristo y condenación para todas aquellas personas que quiten o borren palabras o agreguen palabras de hombres en la Biblia (cap. 22).

Finalmente se presenta una advertencia y exhortación a todas aquellas personas que de una u otra forma estén al frente de la Iglesia o siervos del SEÑOR, sobre el mensaje enviado por DIOS, nuestro PADRE CELESTIAL.

Debiéndose recordar que es una bendición para todas aquellas personas que lean, oigan y guarden las cosas escritas en este libro profético y llama la atención del silencio que se observa en las distintas congregaciones o iglesias cristianas, ya que confrontamos una situación de cortedad del tiempo para presentarlo, estudiarlo y guardarlo.

Reiterando, el antiguo pueblo de Israel se perdió por falta de sabiduría o conocimiento de la Santa Escritura y reclamado, entre otros, por el profeta Oseas (4:6) y luego, considerando el presente se puede preguntar sobre la sabiduría o conocimiento del último libro de la Santa Biblia (el Apocalipsis).

Este versículo 3 cierra el exhorto porque el tiempo está cerca. Es decir, se ratifica la premura e inmediatez de las cosas que deben suceder presto porque el Señor JESUCRISTO está pronto a regresar (leer 1ra. Tesalonicenses 4:13-18; y Apocalipsis 22:7), por estar viviendo en los últimos días de este mundo de pecado y advierte a su pueblo, que todo esto está por terminar y debe prepararse para este último evento a cumplirse.

Se pregunta: ¿ realmente la Iglesia está con el conocimiento adecuado al tiempo actual sobre la sabiduría que ofrece a todos los que leen, oyen y guardan las cosas escritas de esta profecía? Cada cristiano debe responder y recordando que la salvación es individual.

NOVENO: En este sentido, debe advertirse, que al ordenarse silencio, evitar o prohibir el estudio de la escritura del libro del Apocalipsis:

  • Se impide y bloquea el mandato ordenado por nuestro DIOS Padre del Señor Jesucristo para ser llevado por medio del ESPÍRITU SANTO a los SIERVOS, a la IGLESIA (1:1).
  • Se incurre en bloquear o impedir que la IGLESIA reciba la BIENAVENTURANZA, DICHA o BENDICIÓN de conocer las COSAS que deben suceder presto o rápido del tiempo del fin de este mundo de pecado.
  • Se bloquea e impide que la IGLESIA reciba la BENDICIÓN de DIOS nuestro PADRE y Señor.
  • Se impide a la IGLESIA que lea, oiga y guarde las cosas escritas en la profecía del libro del Apocalipsis.
  • Se impide y bloquea la preparación espiritual en santidad de la IGLESIA en conocer, entre otras, las amonestaciones a las siete iglesias, con lo cual se arriesga en perderse la vida eterna de muchos cristianos.
  • Ya en el peor de los casos de todas aquellas personas que impiden y bloquean el mandato ordenado por nuestro DIOS PADRE, incurren en APOSTASÍA al pretender cambiar la PALABRA DEL SEÑOR de los cielos, excluyendo, desconociendo o quitando de la Santa Biblia el libro del Apocalipsis (leer Deuteronomio 4:2; y Apocalipsis 22:7 y 10).
  • Esta APOSTASÍA conlleva una de las más terribles sanciones del cielo: es el BORRAR del LIBRO DE LA VIDA el nombre de todos aquellos apóstatas y a su vez, condenados a recibir las PLAGAS escritas en el libro del Apocalipsis (leer Apocalipsis 22:18-19).

El libro del Apocalipsis no tiene complejidades para su entendimiento. Solamente requiere leerlo, oírlo, guardarlo en el corazón y la mente y predicarlo porque el tiempo está cerca para la Segunda Venida del Señor Jesucristo en las nubes del Cielo (leer Hebreos 9:28; y 1ra. Tesalonicenses  4:13-18).

Bendiciones del Señor Jesucristo.

Atentamente,
Rev. Brígido Barrios
Co-fundador de SBUV
Venezuela

 

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