UNA MENSAJERA

Dios no los abandonó y envió una mensajera. Una jovencita frágil de 17 años de edad, quien junto con su familia había sido despedida de la iglesia metodista y había sufrido un ataque en la niñez con una piedra en la cara, Elena Gould Harmon.


No pudo terminar sus estudios, sin embargo fue utilizada por Dios. En diciembre de 1844 sintió como el poder de Dios llegó sobre ella y tuvo una visión del camino del pueblo adventista hacia la nueva Jerusalén. Luego de una semana, recibió una segunda visión donde se le instruía a compartir lo recibido. Años antes ella vacilaba por la oposición, pero finalmente acepto a pesar de su salud y de la reticencia de los dirigentes del movimiento adventista de confiar en manifestaciones sobrenaturales.

En 1842 William Foy de Boston recibió visiones del pronto regreso de Cristo y la recompensa de los justos, pero por la resistencia que generaría su raza negra, vaciló en compartir los mensajes. Finalmente lo hizo, pero presiones financieras y una tercera visión que no pudo comprender, abandonó sus esfuerzos.

Poco antes del chasco un hombre llamado Hazen Foss, de Maine, recibió una visión similar a la de Elena Harmon, pero rehusó aceptar el encargo de compartir los mensajes. Cuando sintió que había rechazado al Espíritu Santo, reunió a un
grupo y cuando se dispuso a declarar la visión solo pronunció las palabras: “lo he olvidado todo”.
Elena de White tomó la posta e inició una serie de pequeños viajes para compartir la esperanza a los hermanos milleritas desanimados.

En uno de esos viajes, un joven y comprometido pastor millerita llamado Jaime White decidió acompañar al grupo de jóvenes que ayudaban a Elena Harmon. Con el tiempo el amor surgió y en agosto de 1846 se casaron en Portland ante un juez de paz.

El papel de la visiones de Elena White fue el de animar y dar seguridad a quienes habían esperado la venida de Cristo en 1844. En cuanto a la inmortalidad del alma, los fundadores del grupo de guardadores del sábado consideraban fundamental la creencia del estado inmortal del ser humano, ya que consideraban que si era real tal cuestión,
ya no era necesaria la segunda venida y eso resolvía el chasco de 1844. Se desarrollaron conferencias de estudios bíblicos para afianzar la fe y ponerse de acuerdo en verdades bíblicas. Cuando los hermanos llegaban a un punto
del estudio en el que no podían avanzar más, Elena recibía orientación divina para seguir con la investigación.

Para 1848 el grupo se había puesto de acuerdo en cinco puntos básicos:

• El regreso visible, personal y pre milenial de Jesús.
• La purificación del Santuario Celestial con el ministerio de Cristo en el segundo departamento que comenzó el 22 de octubre del 1844.
• La validez del don de profecía (con cada vez más creyentes).
• La obligación de observar el sábado como día de reposo y el papel del sábado en el gran conflicto del fin, profetizado en Apocalipsis 11-14.
• La inmortalidad no es inherente al ser humano sino algo que se recibe por la fe en Cristo.

El 22 de marzo de 1849, Elena de White vio en visión que Cristo abrió la puerta del Lugar Santísimo del Cielo y logro ver que una luz brillaba sobre el cuarto mandamiento, reafirmándose la santidad del sábado.

En los cincuentas, el mensaje de los adventistas sabatarios fue escuchado en círculos no adventistas. Las conversiones de muchas personas hicieron que la teoría de la puerta cerrada fue abandonada y entendieran que Dios le cierra la
puerta a quienes lo han rechazado totalmente.

La página impresa


La visión de Elena de White en Dorchester, Massachusetts, en noviembre de 1848, estimuló una transición mayor en las publicaciones adventistas. Después de salir de la visión le dijo a Jaime que tenía un mensaje para él. Debía comenzar a imprimir un periódico pequeño que debía ser enviado a la gente, la cual contribuiría para seguir imprimiéndolo y a partir de este pequeño comienzo saldrán rayos de luz que han de circuir el globo. En julio de 1849 salió el primer número de The Present Truth que contenía mensajes con respecto al sábado, el mensaje de los tres ángeles y temas doctrinales relacionados.

En 1850 apareció la Adventist Review donde se reimprimieron artículos milleritas importantes desde comienzos de los años 40s. En noviembre de 1850 se combinaron la Present Truth y Second Adventis Review and Sabbath Herald. Actualmente se conoce esta revista como la Revista Adventista. Durante muchos años, esta revista era el pastor, el predicador, el maestro de los hermanos dispersos. En otras palabras, la revista era la iglesia para muchos. A medida que el diario crecía y superaba problemas financieros y de ubicación, salieron de sus prensas en 1851 el primer libro de Elena G. De White, “Esbozo de la experiencia cristiana y las visiones de Elena G. de White” (Primeros Escritos).

En 1852 otra publicación periódica vio la luz, se trató de la Youth´s Instructor como el primer intento de alcanzar a los jóvenes de la iglesia, a través de un programa educativo. Para fines de la década de 1850, las publicaciones adventistas se habían vuelto una empresa poderosa. Pronto se unieron grandes personajes como J. N. Andrews, J. N. Loughborough, Uriah Smith y Stephen Haskell.

Fue la Review and Herald la que estimuló la cohesión y la unidad doctrinal. Para el año 1855 se estableció una casa editora en Battle Creek, Michigan. Pronto la iglesia se organizó en esta área con mayor rigor.

Referencia: Libro Breve Historia del Cristianismo de Yván Balabarca: descargar en telegram.

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